El tiempo
me enseñó a distinguir a las chicas que están interesadas en mí.
No son muchas, no deben ser ni el 1% de la población menstrual, sin
embargo yo las reconozco a simple vista. Pueden ser hermosas o pueden
ser horribles, altas o petisas, gordas o anoréxicas, cultas o
arjonianas, culo lisito y redondito o culo celulítico, con todas las
variantes intermedias. Sin embargo, las miro y ya me doy cuenta. “Acá
hay una cucha para mi perrito”, pienso, cuando las veo, con la
fineza que me caracteriza.
No hay
patrón físico que las agrupe, aunque sí hay un patrón
psicológico: están locas. Y además tienen una forma de ser
parecidas. Lo disimulan por un tiempo hasta que empiezan a pasarme
las facturas. “RAYADA S.R.L.” Pero yo no me soprendo. Ya sabía
que eran así. Antes, cuando no las distinguía, me sorprendía y
decía: “¡Las mujeres son todas iguales!” hasta que me di
cuenta que las iguales eran las pocas que me prestaban atención.
Yo querría
provocar ese efecto en TODAS las chicas, de manera de ir por la vida
muy campante garchándome a todas las que me gusten cómo les
quedan los pantalones blancos. Pero mi destino es salir siempre con
la misma loca en distintos cuerpos. Creo que me estoy perdiendo la
diversidad del 99% restante, pero lo que pasa es que ese 99% no me
da bola. No quiero decir con esto que el 99% restante estén
cuerdas. La mayoría también están locas, pero en una clase de
locura que no las hace sentirse atraídas por mí. ¡Malditas
locas!
Igual,
intento con otras, intento torcer mi destino, intento burlar lo que
Dios consideró que me merecía. Pero siempre fracaso. Sé que voy a
fracasar desde antes de empezar, desde la primera mirada, pero me
divierto intentándolo. Para tener éxito tendría que empezar
cambiando mi mentalidad, pero eso resulta imposible. Lo único que
me queda es actuar, pero soy un pésimo actor. También siempre me
pregunté cómo sería salir con una buena actriz: ¿Cómo sabés
que no está actuando cuando te dice que llegó tarde porque
estaba ensayando, o cómo sabés si te finge los orgasmos? De la
misma forma que los boxeadores tienen prohibido pelearse por la
calle, deberían prohibir a las actrices buenas salir con incautos
como uno. Nunca saldría con Norma Aleandro.
Un amigo
me contó una vez que él se casó cuando aceptó que siempre iba a
estar mirando a otras chicas, por más que estuviese con la más
perfecta del mundo. Entonces, para eso, se casaba con la que estaba
y listo. Me pareció ser un amigo que no creía en el amor.
Actualización: 3 Loquitas A
Modo De Ejemplo + Bonus Track
Una vez, hace casi 10 años,
estaba con una chica que venía a visitarme seguido. Yo vivía solo y
cada vez que venía la pasábamos muy bien. Me hacía reír mucho.
Pero de repente, algunas veces, comenzó a hacerme algo que me ponía
re-contra furioso. Me decía, por ejemplo, que venía a las 19 horas,
y yo me quedaba esperándola con la verga semiparada, y no venía no
venía no venía. Pero eso no era lo peor. Lo peor era que no me
avisaba nada, entonces yo la llamaba y no me atendía el celular.
Después ni siquiera llamaba para pedir disculpas. Cuando días
después lograba contactarla, me decía excusas como que se había
olvidado o se había colgado fumando con las amigas. Después volvía
a mi departamento 2 o 3 veces más, y luego me volvía a hacer la
jugada “te dejo plantado y no te aviso”. Yo le decía: “Por
favor, no me lo hagás nunca más, si no querés venir o no podés no
hay problema, solamente avisame así me clavo una paja rabiosa y
listo”. Y ella decía: “Sí, sí, sí, tenés razón, no te lo
hago más, quedate tranquilo” y con el tiempo volvía a hacerlo.
Imaginen adónde la mandé la 3ra o 4ta vez que me lo hizo. Fue una
lástima, porque estaba re-buena y era muy graciosa, pero no pude
soportar tanta falta de respeto.
Años después estuve con una a la
que doblaba en edad (38-19). Sin embargo ella me doblaba en
experiencias sexuales y narcóticas. Era imparable pero también una
amiga de fierro que retrucaba y valecuatreaba cualquier cosa que le
proponías. Como, por supuesto, estaba totalmente loca, de a poquito
empezamos a separarnos cuando empezó a hacer las pelotudeces que
hacen las locas. Después seguimos siendo amigos hasta que se puso de
novio y no la dejaron más ser mi amiga, ni siquiera por Facebook.
Muchos años después, una me hizo
algo parecido a la primera pero un poco más leve. Esta me dejaba
pagando pero por lo menos me avisaba, aunque sus excusas eran de lo
más inverosímiles. Yo me hacía la cabeza pensando: “¿Cómo le
puedo creer semejante estupidez? Es la reina de la subestimación”
pero luego, cuando la volvía a ver, comprobaba que las excusas que
parecían tan mentirosas habían sido reales. Entonces me quedaba
tranquilo hasta que venían nuevas excusas inverosímiles que solo
aceptaba porque la mina estaba recontra buena también y parecía
tener valores nobles, y yo pensaba más con la cabeza de abajo que
con la de arriba. Pero hasta ella mismo lo aceptaba: estaba loca.
Bonus Track
Una
vez, en un cumpleaños, conocí a una chica y hablé toda la noche
con ella. Cuando se estaba yendo le pregunté a qué se dedicaba y me
dijo que era prostituta en uno de los cabarets más conocidos de
Argentina. Imaginensé lo loca que estaba, que comenzó a llamarme
para que vayamos a cenar. Yo le dije: “Bueno, pero tenés que pagar
vos porque ganás más que yo.” Así que salimos y pagó ella y
encima no me cobró lo otro tampoco. No reincidí porque me dio toda
la sensación de loquita peligrosa.
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