domingo, 7 de noviembre de 2010

Tratado Sobre Los Sueños

http://arampazzi.wordpress.com/2005/11/03/tratado-sobre-los-suenos/


He oído hablar de hombres que podían controlar el sueño, es decir que dormían cuando querían o incluso podían no dormir nunca. Sin embargo, jamás tuve noticias sobre hombre alguno capaz de controlar el contenido de sus sueños. Esta habilidad podría cambiar la vida de la humanidad de manera absoluta, generando para cada uno una “doble vida” donde ya no nos importaría la “vida real”, la cual se convertiría en un “mal necesario” hasta llegar a la hora del sueño, donde incursionaríamos en nuestra “vida soñada”, la cual coincidiría con nuestra “vida deseada”. Ahí los violentos vivirían la adrenalina de pelearse a cada momento con sus enemigos más odiados, a los que siempre vencerían; los pacifistas andarían por la calle abrazándose con todo el mundo; los cristianos carecerían de deseos sexuales; los sexópatas podrían hacerlo con cuantas personas quieran en los lugares más rebuscados; los pelados caminarían por la calle luciendo largas cabelleras rubias similares a la de Robert Plant en 1973 y los adictos a la velocidad conducirían a 500 km/h por pistas de intrincadas curvas. Los gordos disfrutarían sin culpa los más apetitosos manjares y las personas podrían volar.

Esta técnica aún no se ha descubierto aunque tuvo diversos intentos fallidos. Quizás el más notorio fue el del Doctor Mollere, catedrático de la Universidad de Cambridge, quien afirmó en 1968 haber descubierto una pastilla que permitía programar el contenido de los sueños, e incluso realizó unos folletos donde supuestos conejillos de indias afirmaban –con gran escándalo- haber soñado lo que desearon. Colegas del profesor decidieron probar esas pastillas, las cuales debían ser ingeridas junto a un cartón entero de vino tinto en Tetrabrick, mientras repetían el mantra: “Pastillita, pastillita, no existen las pesadillas, soñaré con…” y ahí el experimentador debía relatar con la mayor cantidad de detalles posible lo que esperaba soñar. Los colegas del profesor que probaron el método ni siquiera pudieron dormirse y comenzaron a actuar de modo errático. Investigaciones posteriores demostraron que la pastillita era un simple Royphnol, lo que provocó que el Dr. Mollere fuera expulsado de Cambridge. Algunos ex compañeros aprovecharon para denunciar que el Doctor solía machetearse en los finales escritos.

Los sueños se asemejan a sensaciones reales con una intensidad muy real. Así, si uno sueña que maneja un auto y atropella a una persona, podrá conocer con certeza lo que se siente en el cerebro cuando se atropella a alguien. De la misma manera, los que sueñan que realizan el acto sexual con Araceli González, podrán presumir ante sus amigos.

Las pesadillas no son más que sueños que no nos gustaría vivir. Para aprovecharlas hay que actuar al revés, es decir aliviarnos al despertarnos porque nuestra pesadilla nada tiene que ver con la realidad que vivimos al despertarnos. Por ejemplo, si acabamos de soñar con nuestro amigo destripado porque le clavaron un cuchillo, podemos aprovechar el alivio que sentiremos al despertarnos para alegrarnos porque nuestro amigo todavía vive. Es conveniente en esos casos llamarlo por teléfono o mandarle un mensajito de texto al celular, donde le digamos lo mucho que lo queremos y que nos alegramos que conserve las tripas en su lugar. Quizás nuestro amigo comience a dudar de nuestra cordura, pero siempre es bueno decirle a un amigo que uno lo quiere.

Las personas suelen confundir sus sueños con sus deseos. Así, es habitual escuchar a alguien decir: “Mi sueño es jugar el Mundial” cuando en realidad eso corresponde a los “sueños despiertos”, que nada tienen que ver con los “sueños reales” (escenas inconexas que aparecen en nuestro cerebro cuando estamos dormidos, y sobre las cuales no tenemos ningún control.)

¿Qué significan los sueños? Nadie nunca lo supo. La explicación solo podría ser relatada por un ángel o un ser superior, siempre y cuando este aparezca mientras estamos despiertos, ya que si lo hace mientras estamos dormidos se convertiría en otro sueño inexplicable, por lo cual también deberíamos dudar de la explicación.

Los ignorantes observamos cuadros y obras de arte sin ver más que un dibujo realizado por alguien., hasta que algún estudioso del arte o alguna lectura nos revela diversos detalles que logran que uno pueda disfrutar del cuadro en toda su intensidad. Sospecho que con los sueños ocurre lo mismo, aunque algunas personas encuentran placer en inventarse interpretaciones acerca de los sueños o los cuadros que observan.

Se han publicado varios libros con títulos sugerentes como “Interpretación de los sueños” o “No sea nabo: entienda los mensajes que su conciencia superior le revela”, pero los mismos no hacen más que transcribir sueños de otras personas y darles un significado proveniente de la interpretación del autor.

Los quinieleros afirman que los sueños anuncian el número que va a salir en la quiniela al día siguiente, aunque no se atreven a confirmar si ese número saldrá en la edición matutina o vespertina. Para esto, poseen una tabla (que la mayoría ya memorizó) donde existe una correlación entre 100 números y diversas cosas que pueden ser soñadas. Sus promocionados éxitos en esta actividad no hacen más que confirmar la existencia de Algo (llámese Dios, Energía, Mano Que Maneja Al Mundo, etc.) Los ateos escuchan sus historias anonadados, y luego rechazan estas teorías argumentando que se debe a “casualidades” y que los quinieleros promocionan sus éxitos pero esconden sus fracasos. Sin embargo, intuyo que en su fuero íntimo, los ateos saben que Algo hay, pero no están dispuestos a reconocerlo ante pruebas tan poco concretas. Hay noches en que los ateos sueñan con huevos, pero al otro día no se atreven a jugarle al 00, como tampoco consultan los resultados por miedo a enterarse que hubiesen acertado y, además de haberse perdido la posibilidad de ganar dinero, se encontrarían con que sus esquemas mentales se han derrumbado. Lo que los ateos no saben es que la “Mano” solo ayudan a los que creen en ella. Bajo esta posibilidad, tanto los quinieleros como los ateos tendrían razón, y la discusión entre ellos se prolongaría por toda la eternidad.

Si bien los sueños exceden nuestros esfuerzos imaginativos más presuntuosos (por más fuerza que hagamos en expandir nuestra imaginación, no superaremos jamás la capacidad ilimitada de sensaciones misteriosas que aparecen en nuestros sueños) hay algo aún más misterioso: la no coincidencia de imágenes con pensamientos en los sueños. Así encontramos frecuentes relatos de gente que afirma haber soñado con alguien que era ese alguien pero en realidad tenía otra cara, o haber soñado que estaba en un lugar X que en realidad se veía como el lugar Y. Transformaciones increíbles también suelen ocurrir en los sueños, donde por ejemplo uno está tomando un helado que de repente se transforma en un jabalí.

Un conocido mío me relató que yo le había enseñado a hacer “chop-suez” (no sé ni lo que es ni menos cómo se escribe) en un sueño, mientras que otro afirma que en mi casamiento yo me había enojado con él porque él me había fumado un habano sin mi permiso. Eso me lo contó en una casa de empanadas, donde nos encontramos “casualmente”. Lo acababa de soñar en la siesta de esa misma tarde y estaba ansioso por contármelo. Decidí no desperdiciar energías tratando de interpretar eso.

Uno siempre advierte el momento en que se sumerge en el mundo onírico. Acostado, de repente los pensamientos reales se mezclan con otros inconexos. La mezcla ocurre durante aproximadamente dos segundos. Ejemplo de esto podría ser: uno está acostado pensando en alguna táctica para conquistar a la mujer deseada, cuando de repente por su cabeza pasa una manzana con cara y patitas que lo saluda. Esa manzana no había sido deseada por el pensamiento, sino que pertenece al mundo onírico, que anuncia que se acabó el turno del mundo real. Su aparición delata que uno estará dormido en pocos segundos.

Por último una cuestión: ¿existiremos en realidad o seremos simplemente el sueño de un ser superior que nos está soñando y un día despertará aliviado en una realidad totalmente diferente? En ese caso: ¿nos recordará o nos olvidará de inmediato así como nosotros solemos olvidar rápidamente nuestro sueño de la noche anterior? ¿Dónde van los sueños olvidados? ¿Queda algún registro de ellos o son borrados hasta de la papelera de reciclaje?

Religiones orientales afirman algo parecido, llamándole MAYA. Según ellos, nuestra vida es MAYA, que significa “Ilusión”. Todo lo que nos rodea no existe y es como si fuéramos el sueño de alguien. Mientras no nos despertemos (iluminemos) (para ellos significa aceptar que todos somos uno), estamos condenados a seguir en una sucesión de MAYAS. Es una teoría que cuesta creer debido a lo real que nos parece esta (supuesta) irrealidad.

Mientras tanto les deseo a los lectores de este blog que se cumpla lo que sueñan despiertos. Pero tengan cuidado con esos deseos porque por lo general suelen cumplirse de forma inesperada, y si no son nuestros deseos reales terminan haciéndonos daño.

Etiquetas:

Esta entrada fue publicada el a las 11/03/2005 y está archivada bajo las categorías Sin categoría.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Parece una entrada inspirada por la peli "Inception", aunque veo por la fecha que te adelantaste unos años ;) Si no la viste, te la recomiendo, del mismo director de "Memento". Saludos!

Ale R dijo...

Gracias!

La busqué para bajarla por Argenteam y me acordé que la había visto en el cine.

Anónimo dijo...

Gracias intiresnuyu iformatsiyu