Hay que respetar a todas
las personas, ya que todas están en este mundo con una larga carga
de sufrimiento. Venimos solos, sin saber por qué, tratamos de zafar,
tenemos algunas alegrías y algunas frustraciones, y cada uno tiene
una historia personal muy pesada. Los lindos, los feos, los que les
pegan a las mujeres, las que escuchan a arjona, los evasores
impositivos, los fuma-paco-punga-de-celulares, los que solo piensan
en tener cosas materiales que ni necesitan (pero quieren que sus
vecinos los envidien), los tímidos, los falsos, los que entienden
todo y los que no entienden nada, todos tienen una carga de
sufrimiento. Por eso hay que respetarlos. Esto me lo enseñó Bob Dylan.
La gente anda por ahí
tratando de ser cool, escondiendo el miedo que en realidad sienten
porque saben que un día van a morir, porque quieren esconder eso que tienen en el cerebro que
les hace pensar. Cada uno
tiene distintas creencias de lo que es ser cool. Así, para una vieja
puede ser juntarse a tomar el té con sus amigas (y bardear a las que
no vinieron) y para un joven lo cool puede ser pasarse varios días
enfiestado con merca y putas. Pero, en el fondo, todos tienen miedo.
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