Mañana, una organización a la que pertenezco, la PEÑA ORKA CECARRO, cumple 20 años. Es una organización con fines de asado, que se reune indefectiblemente los segundos sábados de cada mes. Es tan importante que, entre otras cosas, tiene un libro y una película, las cuales fueron casi de mi exclusiva creación.
Se formó allá por 1994, cuando algunos amigos empezaron a notar que muchos se emparejaban y crearon un sistema para que, al menos una vez por mes, todos nos pudiésemos ver. Veinte años después, el sistema todavía funciona.
Los aniversarios los festejamos efusivamente, así que este, por tratarse del número 20, lo venimos preparando desde hace un año. Incluso hay una comisión organizadora de los festejos, y pusimos dinero extra en cada peña para gastarlo mañana. Estoy ansioso por saber qué han preparado mis amigos para que festejemos juntos la amistad. En las peñas aniversarios, todos nos emborrachamos un poco más, y algunos hasta lloran.
Muchos de los miembros venimos juntos desde el jardín de infantes y/o la escuela primaria. Eso me enorgullece doblemente. Imaginensé que todos fuimos cambiando y tenemos visiones muy distintas de la vida y del mundo, pero a la hora de reunirnos las diferencias se dejan de lado y estamos todos juntos. Eso es lo bueno de crecer en ciudades chicas: los amigos siempre están y si se van, algún día vuelven. Y además son amigos de fierro.
Así que sí sos un lector desprevenido y querés conocer a la maravillosa Orka Cecarro, acá te dejo algunas pistas:
La página web que estuvo activa hasta Julio del 2010:
http://orkacecarro.wordpress.com/
Uno de los múltiples videos (elegí uno donde se hace entrega del libro con la historia):
La primer parte de la película "El Misterioso Robo De La Orka":
http://vimeo.com/4142089
Y la última parte del libro (Palabras Finales y Contratapa):
PALABRAS
FINALES
El presente trabajo me fue
encargado por el Presidente de la Peña Orka Cecarro, y fue realizado
en tiempo récord: alrededor de 10 horas de trabajo, todas escritas y
copypasteadas en posición horizontal gracias a una mesita copadísima
para mi Laptop. Pretende simplemente recordar todas las reuniones
posibles de la Peña, en estos 16 años, recurriendo a mis frondosos
archivos y a nuestra poca visitada página web.
Luego de leer la primer versión,
nuestro Presidente me sugirió interesantes modificaciones, y censuró
algunas partes. Yo, que estoy en contra de la censura, acaté el
mandato presidencial. Vale aclarar que en ningún momento el
Presidente me pidió que censure partes donde se bardea la
investidura presidencial (a pesar de que este libro está lleno de
eso), lo que demuestra su excelente sentido del humor.
Una investigación más rigurosa,
hubiese consistido en entrevistar uno a uno a cada integrante (y a
los que alguna vez pasaron.) Eso generaría otros puntos de vista y
distintos recuerdos y situaciones, que develarían algunas
incógnitas, las cuales, quizás, sea mejor no develar. Este libro
trata solo de mis recuerdos sobre la Peña, pero con seguridad hay
miles de recuerdos más que deberían haber estado. Encima, mi
memoria ya no es la misma.
Otra opción, más justa, hubiese
sido otorgar a cada miembro una página para que escriba lo que
quiera. Pero veo más fácil poder grabarlos en video cuando se
tomaron unos vinos, que sentarlos ante el Word.
Algunas veces me encuentro con
otros grupos de amigos, y aunque a veces son similares en cuanto a su
composición (es decir, amigos que vienen juntos desde hace mucho
tiempo), nunca encontré ninguno que se acerque ni por aproximación
a la Peña Orka Cecarro. Cuando les cuento nuestra historia todos se
muestran sorprendidos y envidiosos. Los Rotarios, el Opus Dei, los
Masones y las reuniones de Tupper Ware son unos giles al lado
nuestro.
La Peña nació en 1994 para
tener otra excusa para poder mamarnos juntos, aunque ya lo veníamos
haciendo. Muy pronto, nos vimos inmersos en una especie de
broma-seria donde tirábamos ideas todo el tiempo, desde las remeras,
los carnets, hasta el proyecto efímero de tatuarnos todos el
dibujito de la Orka. Aunque ese espíritu continua con mucha fuerza
en algunos integrantes, entiendo que el nuevo espíritu debería
ser no faltar a la Peña. Hacer boludeces como este libro está
bien, pero mucho más importante es que cada uno de los miembros
pueda reservarse el segundo sábado de cada mes para estar con sus
amigos. Porque comer un asado y tomar unos vinos, con los amigos de
toda la vida, una vez por mes, debería ser un placer insustituible e
intranzable, más que una obligación. Sé que algunos tienen
organizada la vida de una forma en que se les complica ir, pero
confío en que el tiempo los ayudará a encontrar soluciones. No es
necesario quedarse hasta tarde, pero sería lo mejor que TODOS
pudiésemos estar juntos una vez por mes. Ya nos imagino dentro de
veinte años, canosos, con stens y angioplastías, medicados, y
comentándonos nuestras experiencias con el Viagra.
Por último, quiero expresar mi
agradecimiento al Presidente Hernán Guido El Chivo Martinez,
por su constante lucha para mantener viva y activa la Orka Cecarro. A
mi juicio, deberíamos nombrarlo Presidente Vitalicio. Más allá de
las bardeadas, todos sabemos que si no fuera por él no hubiésemos
logrado tanto. De la misma forma, hay que agradecer al Muyi por su
idea de fundar la Peña y su primera gestión, y al Indio y a la Tota
porque siempre se preocupan para que todo salga bien. Al resto se le
agradece si hacen la ensalada, traen el hielo y el pan, lavan los
platos o solo asisten.
La Peña Orka Cecarro debe
enorgullecernos porque mantenerla es más difícil de lo que parece.
El tiempo pasa, la gente cambia, y con frecuencia uno se ve envuelto
en mil kilombos o contrae otros compromisos. Mantener la unión,
respetar el espíritu de la Peña, es nuestro mayor logro. Dicen que
el orgullo es un pecado capital pero sospecho que Dios nos debe
permitir pecar cuando se trata de una causa tan noble como la
Amistad. Por muchos años más... ¡Qué viva la Peña!
Alejandro Rampazzi
18/03/2010
CONTRATAPA
Cuenta la leyenda que una tarde,
en la Plaza Colón de Luján, Tatú Cañete se acercó en varias
oportunidades a manguearle cigarrillos al Urka, un amigo del hermano
de Muyi. Usaba las palabras: “Orca, cecarro” cada vez que quería
uno. Ni el Tatú Cañete, ni el Urka, ni el Muyi, feliz testigo de la
escena, tomaron dimensión en ese momento de lo importante que esas
palabras se convertirían para un grupo de jóvenes lujanenses.
Fue en 1994 cuando Muyi decidió
fundar la Peña Orka Cecarro. La idea era que, por lo menos una vez
por mes, nos reunamos todos y salgamos a comer. La elección del
segundo sábado tuvo que ver con que consideró que, a esa altura del
mes, casi todos íbamos a tener plata todavía. Muchos empezaban sus
noviazgos más en serio, y otros abandonan Luján, por lo que la idea
que una vez al mes estuviésemos todos juntos fue genial, fue una
excelente lectura de un futuro choto donde perdíamos el contacto, y
la solución exacta para poder revertir eso.
La presente edición limitada de
16 Años De Peña Orka Cecarro – Una Celebración De La Amistad,
viene a hacer justicia en un mundo donde se evidencia la pérdida de
valores claves como la amistad y la ingesta de carne asada.
Alejandro Rampazzi, miembro
activo de la Peña Orka Cecarro, recurre a sus frondosos archivos
para contarnos su punto de vista de la historia de los primeros 16
años de esta agrupación, con la esperanza que sus miembros tengan
algo para leer en el baño mientras hacen “lo segundo”.
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