Nursie Jackie es una
serie que amo. Emitida por la cadena Showtime, que casi siempre
realiza producciones excelentes, esta serie constó de 7 temporadas
desde el 2009, generalmente de 10 episodios de 28 minutos cada uno,
que solían emitirse entre abril y junio de cada año. No va a haber
octava temporada. Fueron 80 episodios.
Así como Jackie Peyton,
la enfermera protagonista, es adicta a una droga llamada Hidrocodona
(al parecer un analgésico potentísimo
derivado del opio, y que
genera gran abstinencia), la serie produce adicción en sus
televidentes, y los nueve meses al año que no podemos ver los
problemas que tiene Jackie la extrañamos mucho. Antes, luego de
nueve meses, podíamos parir con sus desventuras. Ahora solo puedo
escribir tontas entradas de blogs para combatir el síndrome de
abstinencia.
Quizás, como otras
series de este tiempo, la clave está en que el “héroe” no es ni
bueno ni malo, sino una persona común con sus virtudes y defectos.
En este caso, Jackie es una enfermera noble, de gran vocación, que
suele tratar a los pacientes con amor, comprensión y gran tacto,
siempre que sean buena gente, porque también es capaz de hacer las
hijoputeadas más grande si le cae al hospital una mala persona. Es una madre de familia que trata de hacer lo que puede con
la crianza de sus dos hijas (a las cuales hemos visto crecer en estos
7 años) pero, como ya dije, Jackie Peyton es drogadicta, y por lo
tanto, más allá por de sus intentos de cumplir lealmente con sus
obligaciones, se vive mandando cagada tras cagada, como todos los
drogadictos. Es duro ver cómo arruina su propia vida, pero
más duro aún es ver cómo arruina la de todo su entorno, que la
quiera mucho y trata de entenderla y bancarla hasta ciertos límites. La ley karmática se cumple y la fiesta se paga con sufrimiento.
Mención especial para la
actriz protagonista, Edie Falco, que tanto habíamos amado como
Carmine Soprano, en la gran serie sobre la mafia. Allá nos hacía
creer que era la esposa de un mafioso que trataba de no prestar mucha
atención a lo que pasaba a su alrededor, hasta que se enteraba. Acá
nos hace creer que es una drogadicta, y a nadie le quedan dudas. El
desafío actoral es mayor: Jackie está siempre drogada pero puede
disimularlo. Sin embargo, la perfecta enfermera y madre de familia
anula toda su perfección a causa de su adicción, llevándose puesto
su matrimonio, su relación con sus hijas, su trabajo, su nueva
pareja, su dealer, y todo lo que puede arruinar. Jackie va a
narcóticos anónimos (pero se lo cuestiona), es conciente de su
enfermedad pero no puede evitarla. Las temporadas que está en
rehabilitación no son menos interesantes que las que excede
cualquier límite moral para conseguir su droga: desde garcharse a
farmaceuticos, realizar todo tipo de falsificaciones, hasta dejarse
pisar el pie por un auto para que se la receten legalmente.
Jackie Peyton, el
personaje de ficción, me genera todo el arco de sensaciones que un
ser humano puede sentir por otro: desde el amor al odio, desde la
admiración al desprecio, desde la paz al terror, desde la
comprensión a intentar agarrarla del cogote por su falta total de
moral.
No me gustan tanto las
historias secundarias de la serie (lo que le pasa a las otras
personas que trabajan en el hospital.) Para mí no aportan mucho, pero lo que le pasa a Jackie suele ser tan fuerte que hay que
equilibrar. No sé si resistiríamos verlo sin respirar un poco. Me
interesa más cómo van reaccionando sus hijas a medida que se van
dando cuenta de la enfermedad de su madre, que el romance de otros
médicos del hospital.
Yo calificaría a esta
serie como de “humor negro”, o “tragicomedia”. Sin embargo,
cuando Edie Falco ganó un premio como mejor actriz de comedia, dijo
que consideraba que la serie era dramática.
En el año 2015 no me voy
a poner explicarte cómo hacer para ver Nursie Jackie. Pero seguro
que está a unos clicks con tu mouse. Acá se ofrecen un poco menos de 40 horas de diversión, pero ojo que si bien no es tan adictiva como la hidrocodona, puede acercarse.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario