Estuve por sexta vez en Europa.
Esta vez por Barcelona (6), Londres (3), Riga (Letonia) (1), Colonia
(Alemania) (4), París (1), Permignan (Francia) (1). Fue otro viaje
espectacular, obvio.
En Letonia las chicas son
DEMASIADO hermosas. Eso es porque tienen los ojos fosforescentes, y
deben comer bastante bien. Con mis amigos coincidimos en que un 98%
eran lindas y un 2% cogible
con obstáculos. Decidimos no decir más: “Mirá que linda es esa” porque lo teníamos que decir todo el tiempo. Me quedé pensando si es justo que en un lugar todas las chicas sean tan lindas. Pensé que antes de que caiga la U.R.S.S, los soviéticos deberían haber dicho: “Ustedes, yanquis culo-rotos, tendrán jueguitos electrónicos, Rocky y McDonalds, pero miren las hembras que tenemos nosotros, ¡giles!” (en ese caso hubiesen ganado por mucho la guerra fría). Pero a la vez me daba cuenta que esa BELLEZA no era importante para ellas. “En el país de los ciegos el tuerto es rey”. Si todas las chicas son TAN lindas, entre ellas se deben ver diferencias que nosotros no distinguimos, de la misma forma en que los japoneses nos parecen todos iguales. Una tarde, volviendo en tren desde la playa de Yurmala a Riga, subió al tren una madre de treinta y pico con una hija de 11 (aprox.) La madre estaba, como todas las letonas, para acabarle cinco veces seguidas sin sacarla. La hija de 11 ya medía más de 1.40 m, y era hermosísima. Yo pensé que si esa nena viviese en argentina tendría un solo destino: Agencia de Pancho Dotto. Pero era una nena en un tren, puteando porque no conseguía asiento, jugando con la puerta automática, mirándome raro porque casi no había turismo en ese tren, y que dentro de unos años iba a alcanzar 1.80 m, iba a ser una mina normal de Letonia, y hubiese sido la mujer más linda en Argentina. No puedo distiguir si eso es una injusticia o no.
con obstáculos. Decidimos no decir más: “Mirá que linda es esa” porque lo teníamos que decir todo el tiempo. Me quedé pensando si es justo que en un lugar todas las chicas sean tan lindas. Pensé que antes de que caiga la U.R.S.S, los soviéticos deberían haber dicho: “Ustedes, yanquis culo-rotos, tendrán jueguitos electrónicos, Rocky y McDonalds, pero miren las hembras que tenemos nosotros, ¡giles!” (en ese caso hubiesen ganado por mucho la guerra fría). Pero a la vez me daba cuenta que esa BELLEZA no era importante para ellas. “En el país de los ciegos el tuerto es rey”. Si todas las chicas son TAN lindas, entre ellas se deben ver diferencias que nosotros no distinguimos, de la misma forma en que los japoneses nos parecen todos iguales. Una tarde, volviendo en tren desde la playa de Yurmala a Riga, subió al tren una madre de treinta y pico con una hija de 11 (aprox.) La madre estaba, como todas las letonas, para acabarle cinco veces seguidas sin sacarla. La hija de 11 ya medía más de 1.40 m, y era hermosísima. Yo pensé que si esa nena viviese en argentina tendría un solo destino: Agencia de Pancho Dotto. Pero era una nena en un tren, puteando porque no conseguía asiento, jugando con la puerta automática, mirándome raro porque casi no había turismo en ese tren, y que dentro de unos años iba a alcanzar 1.80 m, iba a ser una mina normal de Letonia, y hubiese sido la mujer más linda en Argentina. No puedo distiguir si eso es una injusticia o no.
Cada vez que viajo me doy cuenta
que toda la gente es la misma, como esa canción del disco TANGO de
Charly y Pedro. En Londres me tomé una pinta de birra en cada bar
del Soho, como en los dos viajes londinenses anteriores, junto con la
gente que sale de trabajar y va a los bares a tomar una birra. En las
esquinas más tradicionales, había fotos del mismo bar hace más de
120 años (eran los mismos, pero con bigotes ridículos). La gente
salía de trabajar e iba a tomar una birra ahí. Era lo mismo. Toda
gente estresada, desgastada por el laburo, probablemente
rivotreleada, que después de laburar 10 horas iba a tomar una birra
a una bar. Cuando uno mira cómo usan el Facebook se da cuenta que
toda la gente es la misma. Un churrasco vale como 20 Coca Colas en
Inglaterra, por eso es un artículo de lujo.
Mi amigo que vive en Alemania
gana bien, pero paga 50% de impuestos. Él no los paga, se lo debitan
de su cuenta. Se queja mucho igual que el 15% de los argentinos a los
que les descuentan impuestos a las ganancias. Mis amigos argentinos
con menos “calle” me dirían: “Pero paga mucho pero tiene
buenos servicios” y yo les respondería: “¡La chota!” Pero la
bicisenda en Colognia, Alemania, es una masa.
En Barcelona está el mejor
lugar del mundo, y se llama “La Champagnería”. Es un lugar que
solo venden champagne (sin etiqueta) muy barato, y sandwichitos de
los más ricos (jamón crudo con el pan más rico tostado, o de carne
de cerdo.) No hay lugar para sentarse ni para apoyar las copas, pero
hay muchas turistas hermosas holandesas y ucranianas que te pellizcan
la panza antes de que vos te tomes el primer champagne. Yo quería ir
todos los días a ese lugar.
París debe estar buenísmo para
ir con tu novia y pasear por toda la zona céntrica. Si te tenés que
volver en el último subte porque tenés un hotel en las afueras de
París, quizás te encuentres con un 99,8% de negros barderos en el
subte y te asustes un poco. Vale la pena ir a París. Si estás
leyendo esto y te vas a casar conmigo, te voy a llevar de luna de
miel a París.
Ahora que estoy medio borracho
escribiendo esto, quiero ir al grano: Viajás y se te abre mucho la
cabeza. Ves un montón de gente que todos los días vive su vida. Así
como yo estoy en Luján a las 2:18 AM de un sábado a la noche, hace
5 horas en el bar de Riga (Letonia) llamado Salpi un Kolteli estaban
las cinco chicas más lindas del mundo, bailando medio embriagadas.
Pero todos son iguales. Les gustaría (o no) “Al Lado del Camino”
de Fito si fuesen argentinas. No te vayas a vivir a Letonia
porque allá no tienen a Charly García ni a Maradona.
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