jueves, 8 de julio de 2010

Pequeñas Delicias De La Vida Argentina


Muchas veces compro el asado en un pequeño local que es bastante carero, porque vende de la mejor. Entro emocionado, pido “mi pedazo”, y el parrillero coloca un poco sobre una tabla toda sucia, lo corta con un cuchillo muy filoso, y me dice: “Mirá, pibe, mirá lo que es esto”. Yo observo el humito que sale de la carne de primera calidad, y mis papilas gustativas empiezan a humedecerse cual conchita de mina caliente. El parrillero lo percibe y corta un pedacito para que la pruebe. Yo pienso: “¡Aguante Argentina, loco!” y agarro mi pedazo y me voy a toda velocidad a mi casa, le pongo mucha más sal y agasajo a mi estómago con alimento caliente. Luego, cuando llega el momento del escarbadiente y el cigarrillo, pienso que en Colombia se deben dar historias similares pero con la cocaína.


No hay comentarios.: