domingo, 18 de noviembre de 2018

Enterándose Posible Destino En El Gueto De Varsovia




“El Gueto de Varsovia” es el diario íntimo de Mary Berg, una sobreviviente del gueto (era hija de una norteamericana y logró que la deportasen en lugar de ser envíada a un campo de concentración.) En su diario cuenta las condiciones horribles en que se vivía en el gueto donde, por ejemplo, comían todos los días un plato de “agua tibia con algunas semillas”, y veían a los nazis asesinar gente o llevárselas a “campos de trabajo”. En esta parte, Mary Berg se entera realmente en qué consistían esos “campos de trabajo”.



17 de diciembre de 1942.

Dita W., una de las recién llegadas, nos relató anoche todo lo que sabía del campo de concentración de Treblinka. Durante sus frecuentes visitas al cuartel de la Gestapo en Aleja Szucha entabló relaciones con un alemán que era funcionario del campo de la muerte. El nazi no se dio cuenta de que ella era judía y le contó con gran satisfacción que los judíos deportados eran asesinados allí, asegurándole que los alemanes «liquidarían» a todos los judíos.

En la Umschlagplatz los vagones para ganado son cargados con ciento cincuenta personas cada uno después de cubrir los suelos con una gruesa capa de cal. Los vagones carecen de ventanas u otras aberturas. Las personas se amontonaban unas sobre otras sin tener aire suficiente para respirar y sin comida ni agua. Los vagones son a menudo abandonados dos o tres días en la estación de Stawki. Las personas en ellos encerradas deben cumplir con sus funciones naturales dentro de los vagones, y a consecuencia de ello la cal disuelta los llena de vapores venenosos. Los sobrevivientes son descargados en la estación de Treblinka y divididos de acuerdo a sus ocupaciones. Los zapateros, sastres, etcétera, son agrupados por separado con el objeto de hacer creer a las víctimas que serán empleados en las fábricas. El verdadero propósito es que vayan a la muerte sin rebelarse. Las mujeres son separadas de los hombres.

La casa de la muerte que existe en Treblinka está situada en un bosque tupido. La gente es conducida hasta allí en camiones y luego se les ordena desnudarse por completo. Se le da a cada uno una pastilla de jabón y se les dice que deben bañarse antes de ir al campo de trabajo. Las personas desnudas, hombres, mujeres y niños por separado, son conducidas a una casa de baños con el suelo de azulejos resbaladizos. Se caen al entrar allí. Cada pequeño compartimento está completamente lleno con gente que de nuevo debe amontonarse una sobre otra. Después de que la casa de baños está del todo colmada se envían por las ventanas poderosas corrientes de vapor caliente concentrado. En pocos minutos la gente se ahoga en medio de horribles dolores.

Después de la ejecución los cadáveres son sacados por judíos: eligen especialmente a los más jóvenes y vigorosos para esa tarea. Otros judíos son obligados a retirar los zapatos y ropas que dejaron las víctimas. Después de cada remesa los judíos empleados en enterrar a los muertos o clasificar sus pertenencias son reemplazados por otros. No pueden aguantar esa tarea más de una semana. La mayoría se vuelven locos o se matan. Hasta los ucranianos y los alemanes son a menudo licenciados porque los más viejos soldados alemanes se quejan de sus tareas. Sólo las principales autoridades alemanas permanecen impasibles.

Es imposible huir de Treblinka aunque dos jóvenes judíos lograron realizar ese imposible. Después de vagar mucho tiempo por los bosques llegaron a Varsovia y contaron otros detalles. De acuerdo con su relato los alemanes emplean varios gases así como la electricidad en determinadas cámaras de ejecución. A causa del gran número de muertos los alemanes han construido una máquina especial para cavar fosas.

La gente que ha pasado en tren por Treblinka dice que el hedor es tan insoportable que uno debe taparse las narices.

Después del relato de Dita ninguna de nosotras pudo dormir.


4 comentarios:

Gianfranco dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Gianfranco dijo...

Justo ayer viendo Inteligencia Artificial me llamo la atención una escena de la parte final, donde un androide -pasados dos mil años de haberse extinguido la humanidad- le confiesa al nene-robot haber sentido envidia del “espíritu” de los seres humanos y que ellos hayan sido los que realmente le dieron significado a la existencia. Me hizo acordar las cosas que me hacen creer en la inteligencia humanidad, como las super-teorias de Stephen Howking, los cuentos de Borges o la trompeta de Miles Davis. Pero las muchas veces que me topé con relatos como estos (o más macabros aún) no logré encontrarle explicación a semejante ambivalencia o incoherencia entre una cosa y otra. El sadismo, la maldad y la miseria se vuelven los pixeles de una imagen que se crea instantáneamente, en la que la humanidad desde esta perspectiva no parece más que un musgo horrible que crece por casualidad y después se seca.
Saludos y aguante el blog !

Frodo dijo...

Tremendo!
EL fin de semana pasado me cagó el fin de semana la película "volviendo a casa " (o algo así)... de un niño hindú que se pierde y después de varias peripecias lo adoptan unos australianos... y después de décadas quiere volver...
Este puñado de párrafos hace lo mismo con este fin de semana
Duele saber que esto que me pasa es un 1% de lo que vivió uno de los sobrevivientes o de los que tenían que hacer ese "laburo"

Abrazo!

Frodo dijo...

Ah, ahora comprendo el título del blog