A mis treinta y once,
hago un balance de mi vida y encuentro que está plagada de aspectos
interesantes. Básicamente, me pasé la vida recolectando
experiencias e información, a un ritmo tremendo, obsesivo y hasta
enfermo. Considero positivo todo lo vivido, pero a la vez me provoca
un problema de comunicación con la gente que me rodea.
Acá van algunos aspectos
de mi vida que quiero contar. Va a sonar medio agrandado, pero es la
verdad:
Hace casi 23 años que
trabajo (en la actualidad tengo 4 trabajos.) De esos 23, más de 11
fueron en un organismo público. Nunca busqué trabajo, todos me los
ofrecieron y se fueron dando las cosas así. Con tanta experiencia,
podría pasar horas contando anécdotas que no te aburrirían, sino
que te sorprenderían por la cantidad de cosas raras qué pasaron, y
en especial por mi análisis sobre por qué pasan las cosas. Conocí
todo tipo de garcas, y también personas excelentes. Veo a diario
gente que está tratando de aprovecharse de algo, gente tensionada,
gente que aprovecha sus lugares para joder a otros. Durante años fui
auditor, lo que me llevó a conocer mucha normativa que la mayoría
no sabe ni siquiera que existe. Odio perder tiempo en reuniones que
no llevan a nada.
Mi archivo Excel “Todos los libros que leí” dice que leí (y
terminé) 749 libros. Entre ellos, se incluyen la mayoría de los
clásicos de la literatura, pero también libros sobre desarrollo
espiritual. Trato de elegir con cuidado los libros que leo así como
las películas o series que sigo. Este año leí seis veces “Tlön,
Uqbar, Orbis Tertius” de Jorge Luis Borges. Lo leí tantas veces
porque algo dentro de mí me obliga a releerlo. En estos momentos
estoy leyendo un libro de un chino llamado Yu Hua llamado “Vivir!”
que es una especie de Forrest Gump chino.
Llevo
un diario íntimo desde el 23/07/1987.
Viví obsesionado por la
música de rock (y otras) desde mi más temprana adolescencia. En la
computadora que escribo esto hay aproximadamente 35.000 canciones.
Eso incluye casi todos los discos de todos los músicos que me
gustan. A su vez, leí decenas de biografías de esos músicos y fui
a 351 recitales, incluyendo todos los más importantes que pasaron
por Argentina en los últimos 26 años. Sé mucho del tema y creo que
debe haber poca gente que conozca más canciones que yo. Estuve en la
cancha en casi todos los partidos que jugó Maradona en Boca entre el
95 y 97. También vi 117 veces tocando a Charly García, 8 veces a
los Rolling Stones, 3 veces a Paul McCartney y 3 veces a Bob Dylan.
Fui a varias fiestas electrónicas en el estado en que hay que ir a
esas fiestas.
Leo tanto y escucho tanta
música en una búsqueda constante de encontrar cosas que me
emocionan. Me alegro muchísimo cada vez que encuentro algo que
altera mi sensibilidad o me conmueve. Me encanta conocer las
historias detrás de cada canción.
Conservo los mismos
amigos que tenía en el jardín de infantes o la escuela primaria.
Todos tienen sus familias y veo crecer a sus hijos. Me divierto
jugando o hablando con sus hijos. Me reuno seguido con mis amigos,
pero sin falta los segundos sábados de cada mes.
Miro los Simpsons solo en
inglés con subtítulos. Me parecen una extragenialidad.
Realicé múltiples
viajes (incluyendo 5 a Europa), la mayoría muy alocados (mucha noche
y poco museo) y llenos de anécdotas que nunca olvidaré. Eso me
permitió conocer a gente del todo mundo, de lo más extraña y de lo
más variados países, incluyendo de Asia, África y Oceanía. Vi con
claridad en qué nos parecemos todos y en qué nos diferenciamos.
Viví casi toda mi vida
con grandes altibajos en mi estado de ánimo. En los últimos años
mejoré mucho al respecto. Cuido mucho cada paso para evitar esos
altibajos. Sé que es una actitud medio cobarde, pero es que ya no me
banco los altibajos (“Al reloj lo del reloj y alrededor del reloj
tu estado de animo”)
Nunca en mi vida tuve un
dolor muy grande, como la muerte inesperada de un ser querido o ese
tipo de desgracias que te cambian la vida. Quizás, si hubiese tenido
una de esas desgracias, hoy tendría una personalidad más fuerte.
Tendría más temple. Creo que tuve mucha suerte. Estuve en
situaciones peligrosas muchísimas veces y siempre salió todo bien.
Creo que ya arriesgué demasiado en mi vida.
Salí, casi todos los
fines de semana, con pocas interrupciones, en los últimos 25 años.
En esas ocasiones tomo alcohol, me desinhibo, y trato de conocer a
todas las chicas que puedo. Conocí a centenas, sino miles. Tengo
escaso éxito porque no les miento nunca a ninguna (solo a veces
exagero los piropos.) Quizás Guillermo Cóppola salió más que yo
(y seguro tuvo más éxito.)
Me rodea gente de poco o
inexistente desarrollo espiritual, pero también gente de elevadísimo
nivel. Conozco mucho sobre el tema a nivel teórico pero no pongo
casi nada en práctica. Me faltan huevos para hacer cosas que
seguramente me harían sentir mejor, porque concluí que la única
forma de sentirse bien es ayudar sin interés a los demás,
especialmente a aquellos con los que no tenemos ninguna obligación.
Juan Carr, de Red Solidaria, debe ser el tipo más feliz del mundo.
Trato de no mentirme
nunca a mí mismo. Creo que por eso nunca fui a un psicólogo, aunque
quizás lo necesitaría.
Admiro mucho a Alejandro
Dolina y a Diego Capusotto porque considero que tienen una habilidad
genial para ver aspectos que están a la vista de todos pero pocos
pueden ver, y luego logran traducirlos y mostrarlos. Me asombra la
genialidad que tienen para hacer eso (“Yo nací para mirar lo que
pocos pueden ver”.)
Me gustaría reír a
carcajadas más seguido. Es dificil que suelte la carcajada. El que
más logra arrancármela es Larry David y Capusotto.
Tengo acciones de las 25
empresas más importantes de Argentina (me dedico a eso desde el
2001) y no solo eso: leo y analizo los balances de esas 25 empresas
cada trimestre. Conozco a qué se dedican, cómo les va y por qué
les va como les va. No creo que haya mucha gente en Argentina que
haga eso, ni siquiera los que se dedican exclusivamente a asesorar
sobre inversiones financieras. Todos los días hábiles, a las 11 AM,
miro como abre la bolsa y me emociono para bien o para mal. Si
tuviese que vender mis acciones y no podría volver a eso, sentiría
algo similar a si me cortasen un brazo.
Escribí 3 libros que en
su momento me dejaron más que conforme. Tardé 3 años para escribir
cada uno. Quizás, si los re-leyese ahora, no me enorgullecerían
tanto. El otro día se me ocurrió la idea para otro que creo que
empezaré pronto. Me parece extraordinario tener la fuerza para
escribir un libro o un cuento, aún a pesar de que casi nadie los
lea. También escribí, con bastante regularidad, centenas de
entradas para este blog desde el año 2005. Considero que escribir
tiene que ser algo que te sale de las entrañas, y que si no es así
no tiene sentido. Me gustaría que se lean más estos cuentos:
Me informo constantemente
sobre las noticias de un modo obsesivo. Me interesa mucho todo lo que
pasa, especialmente en Argentina. Leo todos los diarios y miro muchos
programas de debates y noticias. Me impresiona cuando encuentro gente
que solo se informa por un solo lado, que es el lado con el que ellos
están de acuerdo. Yo les presto más atención a aquellos con los
que no estoy de acuerdo para ver si me pueden convencer. Mientras
miro esos programas hago Sudokus, porque no puedo hacer solo una cosa
a la vez.
Suelo hablar con gente
que está absolutamente convencida del “proyecto nacional y
popular” y también con gente que está llena de odio contra el
mismo. Conozco a mucha gente que está convencidísima que lo único
que vale es el esfuerzo individual y por eso no está de acuerdo con
este gobierno. Conozco a otros que no están de acuerdo porque hacen
análisis muy simplistas (y con gran desconocimiento) sobre lo que
hace el gobierno. Desde mi punto de vista, la palabra más importante
en la política es “inclusivo”, pero entiendo a los que no están
de acuerdo.
Los mejores momentos de
mi vida fueron aquellos en los que no estuve obsesionado con ninguna
mujer. Cuando ocurre lo contrario, no puedo dormir bien y eso afecta
todas mis actividades.
Hace 5 años que salgo a
correr durante más de una hora, casi todos los días, desde fines de
agosto hasta principios de mayo. Me asombra la fuerza de voluntad que
tengo para hacer eso. Contrarresto lo bien que me hace con una pésima
alimentación (solo como cosas ricas.)
Considero que tengo un
retraso madurativo y estoy muy conforme con eso.
Hace como 15 años que
puedo cumplir al instante con todos mis deseos materiales, aunque
casi no los tengo. Antes de eso me la pasaba deseando cosas que no
podía comprar.
Espero encontrar a la
mujer de mi vida más o menos por la misma época en que Ted Mosby
encuentre a la suya.
Me gustan que la vida
fluya y me sorprenda. Casi no pienso en la muerte ni en lo que pasa
cuando te morís. Me gustaría tener la espalda más derecha, y creo
que la tengo medio torcida por todas estas cosas que estoy contando.
Creo que pensar mucho te hace tener la espalda torcida.
Mientras escribí esto
escuché un disco de Queen llamado Jazz, que fue uno de los primeros
discos que compré en formato cd.
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