domingo, 19 de mayo de 2013

Algunas Cosas Sobre Mi Vida (A.K.A. Demasiado Ego)




A mis treinta y once, hago un balance de mi vida y encuentro que está plagada de aspectos interesantes. Básicamente, me pasé la vida recolectando experiencias e información, a un ritmo tremendo, obsesivo y hasta enfermo. Considero positivo todo lo vivido, pero a la vez me provoca un problema de comunicación con la gente que me rodea.

Acá van algunos aspectos de mi vida que quiero contar. Va a sonar medio agrandado, pero es la verdad:


Hace casi 23 años que trabajo (en la actualidad tengo 4 trabajos.) De esos 23, más de 11 fueron en un organismo público. Nunca busqué trabajo, todos me los ofrecieron y se fueron dando las cosas así. Con tanta experiencia, podría pasar horas contando anécdotas que no te aburrirían, sino que te sorprenderían por la cantidad de cosas raras qué pasaron, y en especial por mi análisis sobre por qué pasan las cosas. Conocí todo tipo de garcas, y también personas excelentes. Veo a diario gente que está tratando de aprovecharse de algo, gente tensionada, gente que aprovecha sus lugares para joder a otros. Durante años fui auditor, lo que me llevó a conocer mucha normativa que la mayoría no sabe ni siquiera que existe. Odio perder tiempo en reuniones que no llevan a nada.

Mi archivo Excel “Todos los libros que leí” dice que leí (y terminé) 749 libros. Entre ellos, se incluyen la mayoría de los clásicos de la literatura, pero también libros sobre desarrollo espiritual. Trato de elegir con cuidado los libros que leo así como las películas o series que sigo. Este año leí seis veces “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius” de Jorge Luis Borges. Lo leí tantas veces porque algo dentro de mí me obliga a releerlo. En estos momentos estoy leyendo un libro de un chino llamado Yu Hua llamado “Vivir!” que es una especie de Forrest Gump chino.

Llevo un diario íntimo desde el 23/07/1987.

Viví obsesionado por la música de rock (y otras) desde mi más temprana adolescencia. En la computadora que escribo esto hay aproximadamente 35.000 canciones. Eso incluye casi todos los discos de todos los músicos que me gustan. A su vez, leí decenas de biografías de esos músicos y fui a 351 recitales, incluyendo todos los más importantes que pasaron por Argentina en los últimos 26 años. Sé mucho del tema y creo que debe haber poca gente que conozca más canciones que yo. Estuve en la cancha en casi todos los partidos que jugó Maradona en Boca entre el 95 y 97. También vi 117 veces tocando a Charly García, 8 veces a los Rolling Stones, 3 veces a Paul McCartney y 3 veces a Bob Dylan. Fui a varias fiestas electrónicas en el estado en que hay que ir a esas fiestas.

Leo tanto y escucho tanta música en una búsqueda constante de encontrar cosas que me emocionan. Me alegro muchísimo cada vez que encuentro algo que altera mi sensibilidad o me conmueve. Me encanta conocer las historias detrás de cada canción.

Conservo los mismos amigos que tenía en el jardín de infantes o la escuela primaria. Todos tienen sus familias y veo crecer a sus hijos. Me divierto jugando o hablando con sus hijos. Me reuno seguido con mis amigos, pero sin falta los segundos sábados de cada mes.

Miro los Simpsons solo en inglés con subtítulos. Me parecen una extragenialidad.

Realicé múltiples viajes (incluyendo 5 a Europa), la mayoría muy alocados (mucha noche y poco museo) y llenos de anécdotas que nunca olvidaré. Eso me permitió conocer a gente del todo mundo, de lo más extraña y de lo más variados países, incluyendo de Asia, África y Oceanía. Vi con claridad en qué nos parecemos todos y en qué nos diferenciamos.

Viví casi toda mi vida con grandes altibajos en mi estado de ánimo. En los últimos años mejoré mucho al respecto. Cuido mucho cada paso para evitar esos altibajos. Sé que es una actitud medio cobarde, pero es que ya no me banco los altibajos (“Al reloj lo del reloj y alrededor del reloj tu estado de animo”)

Nunca en mi vida tuve un dolor muy grande, como la muerte inesperada de un ser querido o ese tipo de desgracias que te cambian la vida. Quizás, si hubiese tenido una de esas desgracias, hoy tendría una personalidad más fuerte. Tendría más temple. Creo que tuve mucha suerte. Estuve en situaciones peligrosas muchísimas veces y siempre salió todo bien. Creo que ya arriesgué demasiado en mi vida.

Salí, casi todos los fines de semana, con pocas interrupciones, en los últimos 25 años. En esas ocasiones tomo alcohol, me desinhibo, y trato de conocer a todas las chicas que puedo. Conocí a centenas, sino miles. Tengo escaso éxito porque no les miento nunca a ninguna (solo a veces exagero los piropos.) Quizás Guillermo Cóppola salió más que yo (y seguro tuvo más éxito.)

Me rodea gente de poco o inexistente desarrollo espiritual, pero también gente de elevadísimo nivel. Conozco mucho sobre el tema a nivel teórico pero no pongo casi nada en práctica. Me faltan huevos para hacer cosas que seguramente me harían sentir mejor, porque concluí que la única forma de sentirse bien es ayudar sin interés a los demás, especialmente a aquellos con los que no tenemos ninguna obligación. Juan Carr, de Red Solidaria, debe ser el tipo más feliz del mundo.

Trato de no mentirme nunca a mí mismo. Creo que por eso nunca fui a un psicólogo, aunque quizás lo necesitaría.

Admiro mucho a Alejandro Dolina y a Diego Capusotto porque considero que tienen una habilidad genial para ver aspectos que están a la vista de todos pero pocos pueden ver, y luego logran traducirlos y mostrarlos. Me asombra la genialidad que tienen para hacer eso (“Yo nací para mirar lo que pocos pueden ver”.)

Me gustaría reír a carcajadas más seguido. Es dificil que suelte la carcajada. El que más logra arrancármela es Larry David y Capusotto.

Tengo acciones de las 25 empresas más importantes de Argentina (me dedico a eso desde el 2001) y no solo eso: leo y analizo los balances de esas 25 empresas cada trimestre. Conozco a qué se dedican, cómo les va y por qué les va como les va. No creo que haya mucha gente en Argentina que haga eso, ni siquiera los que se dedican exclusivamente a asesorar sobre inversiones financieras. Todos los días hábiles, a las 11 AM, miro como abre la bolsa y me emociono para bien o para mal. Si tuviese que vender mis acciones y no podría volver a eso, sentiría algo similar a si me cortasen un brazo.

Escribí 3 libros que en su momento me dejaron más que conforme. Tardé 3 años para escribir cada uno. Quizás, si los re-leyese ahora, no me enorgullecerían tanto. El otro día se me ocurrió la idea para otro que creo que empezaré pronto. Me parece extraordinario tener la fuerza para escribir un libro o un cuento, aún a pesar de que casi nadie los lea. También escribí, con bastante regularidad, centenas de entradas para este blog desde el año 2005. Considero que escribir tiene que ser algo que te sale de las entrañas, y que si no es así no tiene sentido. Me gustaría que se lean más estos cuentos:



Me informo constantemente sobre las noticias de un modo obsesivo. Me interesa mucho todo lo que pasa, especialmente en Argentina. Leo todos los diarios y miro muchos programas de debates y noticias. Me impresiona cuando encuentro gente que solo se informa por un solo lado, que es el lado con el que ellos están de acuerdo. Yo les presto más atención a aquellos con los que no estoy de acuerdo para ver si me pueden convencer. Mientras miro esos programas hago Sudokus, porque no puedo hacer solo una cosa a la vez.

Suelo hablar con gente que está absolutamente convencida del “proyecto nacional y popular” y también con gente que está llena de odio contra el mismo. Conozco a mucha gente que está convencidísima que lo único que vale es el esfuerzo individual y por eso no está de acuerdo con este gobierno. Conozco a otros que no están de acuerdo porque hacen análisis muy simplistas (y con gran desconocimiento) sobre lo que hace el gobierno. Desde mi punto de vista, la palabra más importante en la política es “inclusivo”, pero entiendo a los que no están de acuerdo.

Los mejores momentos de mi vida fueron aquellos en los que no estuve obsesionado con ninguna mujer. Cuando ocurre lo contrario, no puedo dormir bien y eso afecta todas mis actividades.

Hace 5 años que salgo a correr durante más de una hora, casi todos los días, desde fines de agosto hasta principios de mayo. Me asombra la fuerza de voluntad que tengo para hacer eso. Contrarresto lo bien que me hace con una pésima alimentación (solo como cosas ricas.)

Considero que tengo un retraso madurativo y estoy muy conforme con eso.

Hace como 15 años que puedo cumplir al instante con todos mis deseos materiales, aunque casi no los tengo. Antes de eso me la pasaba deseando cosas que no podía comprar.

Espero encontrar a la mujer de mi vida más o menos por la misma época en que Ted Mosby encuentre a la suya.

Me gustan que la vida fluya y me sorprenda. Casi no pienso en la muerte ni en lo que pasa cuando te morís. Me gustaría tener la espalda más derecha, y creo que la tengo medio torcida por todas estas cosas que estoy contando. Creo que pensar mucho te hace tener la espalda torcida.

Mientras escribí esto escuché un disco de Queen llamado Jazz, que fue uno de los primeros discos que compré en formato cd.

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