martes, 15 de julio de 2014

Este Blog Está Muriendo En Fade


«it's better to burn out than to fade away»
Neil Young, 1979



La cita de Neil Young es una de las sentencias más impactantes del rock'n'roll. Yo ya la conocía desde antes que Kurt Cobain la incluyera en su carta de suicidio, hace 20 años.

Hasta hace 3 o 4 años (aunque me parece que fue ayer), yo me tenía que contener para no escribir tanto en este blog. Se me ocurrían cosas todo el tiempo, en su mayoría que no tenían sentido
más que para mí, pero una fuerza interior me obligaba a “publicarlas”. El caudal eran tan fuerte que me obligué a mí mismo a “publicar” un máximo de 20 entradas por mes.

Hasta que llegó un momento en que empecé a cuestionarme tantas entradas de blog sin sentido, y me dije: “De ahora en más solo voy a publicar cuentos, pero no cualquier cuento. Me voy a desafiar a escribir cuentos que no tengan ni sangre, ni muerte, ni sexo, ni tetas-concha-culo-pija”, ya que había advertido que los pocos cuentos que había publicado abusaban de eso. Este objetivo venía con uno secundario: no me iba a obligar a escribirlos, se me iban a ocurrir solos, de la simple observación de la realidad, y cada vez que tuviese una buena idea la iba a trabajar tanto como sea necesario para terminar un buen cuento (más allá de que nadie lo leyese, cosa que no me importaba tanto.) En ese momento pensé que esto me iba a resultar fácil, pero hoy me pregunto si no me estuve mintiendo a mí mismo porque en realidad ya no quería escribir más este blog. Esto me da mucha rabia porque me considero el campeón de no mentirme a mí mismo. No siento rabia porque las pocas cosas que se me ocurrieron no las trabajé. Siento rabia por presentir que me mentí a mí mismo.

Otro aspecto que me atormenta es la realidad: dejé de pensar tantas pelotudeces como antes. Mientras antes el cerebro me funcionaba con incontables conexiones que disparaban ideas, y además contaba con una energía inagotable para escribirlas, ahora eso ya no ocurre. Y culpo de eso al exceso de trabajo y a las obligaciones que conllevan tener mayores responsabilidades. Además, quizás, culpa del colesterol, la sangre no llega con tanta velocidad al cerebro (ni idea si esto es verdad.) En un ejemplo concreto: antes me juntaba con un amigo a decir miles de pelotudeces que nos causaban mucha gracia, y ahora me junto con el mismo amigo a pedirle los datos que tiene que poner en su declaración jurada de AFIP. Por un lado resulta horrible, pero por otro es mejor tener que llenar una declaración jurada que vivir como vivíamos antes, cuando nuestros magros ingresos solo nos alcanzaban para tomarnos unas birras el sábado a la noche y comprar algunos discos. Siempre digo que al 85% de los asalariados a los que no les descuentan Impuesto a las Ganancias les gustaría estar en el lugar del 15% que putea porque les descuentan. Pero a la vez esto me duele cada vez que escucho una canción que cantaba Elis Regina, que en una parte dice:

Hoy sé que quien me dio la idea de una nueva consciencia y juventud,
Está en casa, guardado por dios, contando el vil metal.
Mi dolor es descubrir que a pesar de ya haber hecho todo lo que hicimos,
Seguimos siendo los mismos y vivimos,
Seguimos siendo los mismos y vivimos, como nuestros padres.”

(Duele más por cómo Elis pronuncia “vil metal”.) (Y mientras escribí todo esto, a cada rato pispeaba si ya se habían vendido una acciones de Ledesma que puse a vender un poco más caras de lo que estaban (lo logré) para aprovechar la baja de Tenaris (la aproveché). Este tipo de cambios los realizo a veces hasta 5 veces por día.)

Reviso el último año de mi blog y encuentro que hay solo 35 entradas, de las cuales varias son “reediciones” de entradas anteriores, y otras no me llevaron ni cinco minutos de elaboración. Y entonces tengo que admitir lo que vengo pensando hace mucho: este blog está muriendo en fade. Y aunque la canción de Neil Young me parece extraordinaria, no creo en la explosión, prefiero ir muriendo en fade, con la posibilidad de que en cualquier momento renaza con mucha más fuerza que antes. Prefiero el Charlie Watts que todavía toca que el Keith Moon que explotó.

No hay comentarios.: