En el año 2001 Charly García viajó a Cuba para grabar una canción en un disco de dúos de Pablo Milanés, Pablo Querido (aprovechó para completar su canción Telepáticamente con músicos de Pablo.) La canción elegida fue una de 1985, llamada Los Años Mozos, que es muy linda y pega especialmente en los que superamos los 30, porque la letra dice así:
Los años mozos pasaron,
y ahora a saber que hay que ser
y hay que estar.
Duro el camino que queda,
y ahora a saber caminar.
Y hay que andar.
Fuera los falsos valores,
a mí sólo llega
quien sabe de hombre calzar,
y hasta los tristes amores
que tantos dolores
me hicieron un tiempo pasar.
Y ahora tengo mis poros abiertos
para lo que hay que hacer
y está hecho,
o esperar mi muerte
abriéndome el puente
y diciéndome “puedes pasar”.
y ahora a saber que hay que ser
y hay que estar.
Duro el camino que queda,
y ahora a saber caminar.
Y hay que andar.
Fuera los falsos valores,
a mí sólo llega
quien sabe de hombre calzar,
y hasta los tristes amores
que tantos dolores
me hicieron un tiempo pasar.
Y ahora tengo mis poros abiertos
para lo que hay que hacer
y está hecho,
o esperar mi muerte
abriéndome el puente
y diciéndome “puedes pasar”.
Charly, por supuesto, como hacía en ese tiempo, saynomoreó la versión, aunque esta vez con bastante respeto.
Un tiempo después, estaba en mi auto con unos amigos, estacionado frente a un Carrefour (!!!!!!!!!!!!!!!), escuchando esa versión, y uno de mis amigos dijo que le parecía horrible como Charly la había cantado. Yo no podía creerlo porque me parecía una de las mejores interpretaciones vocales de Charly (muy sentida.) Pensé: “¡Qué diferencia entre la apreciación artística!” A ese amigo le gustaba Maná o cosas así de feas.
Esto me lleva a pensar en cómo cantaba Charly cuando presentó Kill Gil en La Trastienda, durante el 2007, y de lo cual ya escribí acá:
En esos momentos, sentía que estaba viendo al Arte encarnado en una persona, como cuando el
Demonio se metió en Linda Blair. Ojo, el Arte no se encarna en cualquier boludo y el costo de que el Arte se encarne en vos es carísimo. Lo recuerdo cantando Mirando Las Ruedas, tocando un teclado con cada mano y con las venas hinchadas mientras lo cantaba. Parecía que estaba entregando la vida durante todo el recital.
También en mi anterior blog escribí, traslando un texto de Alejandro Dolina, sobre “Cómo Reconocer A Un Artista”.
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