sábado, 4 de septiembre de 2010

Rush, La Banda De Los Feos

 


El día que cumpla 39 años y 4 días voy a estar viendo al trío canadiense hiperpoderoso de rock RUSH. Allí estaremos miles de argentinos sin onda (y los que los siguen por todo el mundo), mientras que por esa época la gente con onda estará viendo a los Pixies, Rage Against The Machine, Green Day, o cualquiera de esas bandas que no llegan ni a los talones a Rush. De cada 100, 99 seremos hombres heterosexuales (así que no vamos a poder apoyar a nadie), de todas las edades, incomprendidos por el mundo, que estaremos hiper-felices en ese concierto, saltando y cantando desesperadamente, tanto que, cuando termine, los 3 Rush pensarán: “Fue el mejor público del mundo”, pero no nos dirán nada. Todos los marginados sociales, los malos para los deportes, los que realmente aman el rock, los feos, estaremos ahí.

Rush es un grupo uncool porque los periodistas de rock así lo decretaron. Rolling Stone y todas esas revistas que creen que tienen que manejar la opinión rockera, siempre los ignoraron o se burlaron de ellos. Sin embargo, Rush es uno de los grupos más vendedores de discos de la historia del rock. ¿La razón? La calidad.

¿Por qué será el mejor recital de Rush? Fácil: porque es en Argentina, y acá pasa algo raro donde el público siempre quiere demostrar que es el mejor público del mundo, y lo logra. Abundan los ejemplos y Rush es el ejemplo JUSTO para volver a demostrarlo.

Podremos ver, por fin, a Geddy, el bajista feo que canta como una rata metida dentro de una licuadora; al EXCELENTE y creativo guitarrista Alex y, por supuesto, al héroe de todos los tiempos Neil Peart, que además de ser uno de los mejores bateristas humanamente posible, tiene una historia conmovedora en sus espaldas, y es el que hace todas las letras de Rush porque le encanta leer mucho desde que era chiquito y siempre fue muy sensible.

En agosto de 1997 se murió la hija de Neil Peart en un accidente de coche, y seis meses después se murió su mujer de depresión. Neil tomó entonces su moto y recorrió 90.000 kilómetros (al estilo Forrest Gump pero en moto.) Nadie lo reconoció en ningún lugar. Sus dos compañeros, no sabían si alguna vez iba a volver o no, pero lo esperaron porque ni se imaginaban a Rush sin él. Recién volvieron en el 2002, con una gira que llegó a Brasil, y de la cual dejo dos videitos para que vean de lo que estoy hablando. Hoy Neil no viaja en el avión particular de la banda (viaja en aviones de línea), no participa de los Meet & Greets (van los otros dos), y no le gusta sonreír ni hablar con los fans. No es un amargo (es un tipo macanudo), lo que pasa es que no le gusta ser falso. Cuenta que cuando era chiquito estaba enloquecido con los Who (especialmente con Keith Moon, of course) pero nunca se le pasó por la cabeza ir a molestarlos a su hotel. Le hubiese ido mal porque Moon estaría destrozando todo el hotel en ese momento.








EL ESPÍRITU DE LA RADIO

Comienza el día con una voz amiga,
Una compañera discreta
Sonando la canción que es tan difícil de alcanzar
Y la música mágica hace que te pongas de buen humor en la mañana.
A tu manera, golpeó el camino abierto,
Hay magia en tus dedos
Para que el Espíritu nunca se detiene,
Sin demandar contacto en tu feliz soledad.
Ondas invisibles crujen con la vida
Antenas brillantes se erizan con la energía
Retroalimentación emocional en la longitud de onda atemporal
Teniendo un regalo que no tiene precio, casi libre
Toda esta maquinaria de hacer música moderna

Todavía puede ser de corazón abierto.
No tan fríamente trazado (ranqueado)
Es sólo una cuestión de tu honestidad, sí,

Tu honestidad.
A uno le gusta creer en la libertad de la música,

Pero los premios brillantes y un sinfín de compromisos
Rompen la ilusión de integridad.
Porque las palabras de las ganancias fueron escritas en la pared del estudio y de las salas de concierto

Y se hacen eco de los sonidos de los vendedores, de los vendedores, de los vendedores!

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