lunes, 6 de septiembre de 2010

Dos Anécdotas Nocturnas Y Una Dominguera


01.- Las Chicas Que No Se Rieron De Un Chiste Buenísimo


El sábado pasado, iba caminando por una calle lujanera cuando vi que, por la misma cuadra, venían caminando cinco chicas, en actitud de jolgorio. Un poquito antes de llegar a ellas, crucé la calle, y les dije: “Chicas, cruzo porque hay mucha inseguridad y tengo miedo que ustedes me violen”. Ninguna se rió del chiste que, si lo piensan bien, es buenísimo, porque abarca muchos aspectos de la realidad nacional.

02.- La Tetona Que Me Apoyaba Las Tetas

Una noche, en un bar, me puse a hablar con una tetona que había salido con un amigo mío o algo así. La tetona hablaba y hablaba (de mi amigo), pero al mismo tiempo me apoyaba las tetas en mi mano, que estaba estratégicamente ubicada, sosteniendo un vaso a la altura de sus tetas. ¡Cómo hablaba! ¡El rollo que tenía! Y yo solo pensaba en pasar el vodka a la mano izquierda y jugar a que su teta era una caja fuerte de la cual debía descifrar la combinación. Por supuesto no intenté nada, aunque por momentos pensé: “¿Me estará tirando onda?” Lo único que hacía era hablar mal de mi amigo y apoyarme las tetas. Maldita tetona.

03.- Puchos En El Suelo

Algunos domingos me despierto a horas inconfesables, y solo tengo fuerza para enchufar la computadora al televisor y marcar diez episodios y sus subtítulos de alguna serie de HBO. Pero de repente, por ahí, me agarran ganas de ir al baño a hacer pis, y cuando me levanto piso colillas de cigarrillos que están en el suelo. Entonces hago memoria de lo que sucedió la noche anterior, y resulta que vinieron mis amigos (muy pocas veces vienen desconocidos) y llegaron a un nivel mental donde no les parece mal tirar las colillas en el piso. Me pregunto: “¿Cómo pueden ser tan desubicados?”, pero luego recuerdo que a veces, en otras casas, yo también me desubico (de otras formas) y entonces pienso: “Y bueno… es mi karma”. Lo más triste es que las colillas quedan en el piso hasta el viernes que viene la chica que limpia. A veces, si estoy de buen humor, capaz que los empujo con el pie hasta algún rincón.

2 comentarios:

Agustina Guazzaroni dijo...

1.- Yo creo que el chiste era muy bueno, es más, me hubiera reído a carcajadas.
La gente lujanense no tiene humor ya? Qué triste!

2.- Estaba borracha y sí, te estaba tirando onda.

3.- Tengo un cementerio de colillas al lado de la pc.

Agustina Guazzaroni dijo...
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