miércoles, 12 de enero de 2011

Antebrazos


Cuando rondábamos los 11 años, nos pasábamos todo el día en el Club de Tenis. Una tarde, un amigo nos mostró un descubrimiento que me fascinó: todos teníamos un brazo más grande que el otro, el antebrazo con el que empuñábamos la raqueta mucho más grande que el otro. Esto me sorprendió mucho porque yo hubiese puesto las manos en el fuego porque el cuerpo era simétrico
, pero me tuve que rendir ante la evidencia: éramos como 10, y a todos nos pasaba lo mismo. Es lógico, pero hasta ese momento nunca lo había pensado.

Años más tarde, abandonamos la raqueta, la cambiamos por la puñeta, y seguimos teniendo antebrazos asimétricos.

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