miércoles, 23 de marzo de 2011

Talkin' About Neal Cassady


Anoche vi la película The Last Time I Committed Suicide, basada en una carta que Neal Cassady le escribió a Jack Keroauc. Para los que no lo conocen, Neal Cassady es la persona más enérgica que alguna vez habitó este planeta. La película empieza diciendo:

La vida de un hombre no es más que una acumulación de hechos, una suma de triunfos, fracasos, errores. He aquí algunos hechos de la vida de "Superman".

Neal Cassady nació en 1926 en una familia marginal. Pasó casi toda su adolescencia en reformatorios, ya que entre los 14 y los 18 años robó más de 500 autos. No los robaba para venderlos y vivir de ellos, sino para dar unas vueltas y levantarse minitas. La mayoría de las veces los devolvía, y a veces hasta los arreglaba antes de devolverlos.


Otra de sus características era de la “Gran Fornicador”. Al parecer, lograba estar con todas las mujeres que quería, porque había encontrado el equilibrio justo entre ser caballero, encantador y animal salvaje, fórmula a la que ninguna chica se puede rehusar. Como nunca se quedaba quieto, iba dejando mujeres e hijos a lo largo de todo Norteamérica.

En la década del 40 y el 50, Neal Cassady comenzó a juntarse con escritores beat, que eran escritores más interesados en vivir que en escribir. La mayoría de ellos se fascinaba tanto con Neal, que todos lo incluían en sus libros. Los que eran gay, se enamoraban de él. Así como la guitarra parece ser una parte del cuerpo de Angus Young, los autos y todo vehículo motorizado parecían ser parte de Neal Cassady. Así lo describen todos esos escritores, además de contar el entusiasmo con lo que hacía todo. Era capaz de conducir colectivos sin frenos a toda velocidad por el medio de las montañas (entre otras cosas.)

En la década del 60, rondando los 40 años, Neal Cassady se convirtió en el chofer de los Merry Pranksters, bajo el “mando” del escritor Ken Kessey, de los cuales escribí hace muy poquito acá.

Otra aspecto raro de la personalidad de Neal es que, a pesar de ser un borracho-falopero adicto a las anfetaminas, tenía una musculatura espectacular (era un tipo duro.) Supongo que nunca debe haber levantado una pesa en su vida, sino que simplemente tenía esos músculos por estar todo el día cambiando ruedas y esas cosas. En sus últimos días, andaba siempre haciendo malabares con una masa. Nadie podía creerlo cuando lo veían.

Hay muchísimos libros que hablan sobre él. Cuando aparece en ellos, es como si Mick Jagger apareciese en una fiesta (esa fiesta se convierte en “la fiesta a la que fue Mick Jagger”) También hay algunas cosas escritas por él, que no son más que recopilaciones de largas cartas que le enviaba a todo el mundo cuando estaba preso (pasó gran parte de su vida preso.) Jack Kerouac incluso escribió un libro específicamente sobre él, que se llamaba Visiones de Cody, que estoy buscando hace más de 15 años y nunca lo pude encontrar (una vez creí encontrarlo en un mercadolibre mexicano, pero fue una falsa alarma.) En la novela más famosa de Kerouac, On The Road, Neal Cassady aparece bastante, bajo el nombre de Dean Moriarty. He aquí algunos fragmentos de ese libro, que se puede leer entero acá:

01.- Uno de los primeros párrafos donde Kerouac describe a Neal (Dean)

   Y cuando Dean conoció a Carlo Marx pasó algo tremendo. Eran dos mentes agudas y se adaptaron el uno al otro, como el guante a la mano. Dos ojos penetrantes se miraron en dos ojos penetrantes: el tipo santo de mente resplandeciente, y el tipo melancólico y poético de mente sombría que es Carlo Marx. Desde ese momento vi muy poco a Dean, y me molestó un poco, además. Sus energías se habían encontrado; comparado con ellos yo era un retrasado mental, no conseguía seguirles. Todo el loco torbellino de lo que iba a pasar comenzó entonces; aquel torbellino que mezclaría a todos mis amigos y a todo lo que quedaba de mi familia en una gran nube de polvo sobre la Noche Americana. [...] Corrían calle abajo juntos, entendiéndolo todo del modo en que lo hacían aquellos primeros días, y que más tarde sería más triste y perceptivo y tenue. Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un “¡Ahhh!”.
 
02.- Kerouac describe a Neal (Dean) cuando trabajaba en un estacionamiento la primera vez que fue a verlo a New York.


Dean llevaba un auténtico traje de hombre de negocios del Oeste para su gran viaje de regreso a Denver; había terminado su primer salto hasta Nueva York. Digo salto, pero había trabajado como un burro en los estacionamientos. El empleado de estacionamiento más fantástico del mundo; es capaz de ir marcha atrás en un coche a sesenta kilómetros por hora siguiendo un paso muy estrecho y pararse junto a la pared, saltar, correr entre los parachoques, saltar dentro de otro coche, girar a ochenta kilómetros por hora en un espacio muy pequeño, llevarlo marcha atrás hasta dejarlo en un lugar pequeñísimo, ¡plash!, cerrar el coche que vibra todo entero mientras él salta afuera; entonces vuela a la taquilla de los tickets, esprintando como un velocista por su calle, tomar otro ticket, saltar dentro de otro coche que acaba de llegar antes de que su propietario se haya bajado del todo, seguir a toda velocidad con la puerta abierta, y lanzarse al sitio libre más cercano, girar, acelerar, entrar, frenar, salir; trabajando así sin pausa ocho horas cada noche, en las horas punta y a la salida de 9 los teatros, con unos grasientos pantalones de borrachín y una chaqueta deshilachada y unos viejos zapatos. Ahora lleva un traje nuevo a causa de su regreso; azul con rayas, chaleco y todo —once dólares en la Tercera Avenida—, con reloj de bolsillo y cadena, y una máquina de escribir portátil con la que va a empezar a escribir en una pensión de Denver en cuanto encuentre trabajo.

03.- Kerouac y Neal van en un auto con unos tipos que no conocen.

Hablábamos de estas cosas y sudábamos. Nos habíamos olvidado por completo de la gente de delante, que empezaban a preguntarse qué estaba pasando en el asiento de atrás. En un determinado momento, el conductor dijo:

- ¡Por el amor de Dios! Están haciendo que el coche se balancee. -Y de hecho estábamos haciéndolo al compás de nuestro ritmo y de LO que habíamos captado y de nuestra alegría al hablar y vivir y de las innumerables particularidades angélicas que acechaban nuestras almas y nuestras vidas.

- ¡Oh, tío!, ¡tío! – gimió Dean -. Y esto ni siquiera es el principio… y ahora estamos aquí yendo por fin juntos al Este, nunca lo habíamos hecho juntos, Sal, piensa en ello, vamos a recorrer Denver juntos y a ver qué está haciendo la gente, aunque este asunto nos importe poco, lo que importa es LO que sabemos y sabemos cómo es el TIEMPO y sabemos que toda va realmente BIEN. – Después, agarrándome por la manga, sudando, se puso a susurrarme -: Ahora fijate un poco en ésos de ahí adelante. Están inquietos, van contando los kilómetros que faltan, piensan en dónde van a dormir esta noche, cuánto dinero van a gastar en gasolina, el tiempo que hará, cuándo llegarán a destino… como si en cualquier caso no fueran a llegar. Pero necesitan preocuparse y traicionan al tiempo con falsas urgencias o, también, mostrándose simplemente ansiosos y quejosos; sus almas de hecho no tendrán paz hasta que encuentren una preocupación bien arraigada, y cuando la hayan encontrado pondrán la cara adecuada, es decir, serán desgraciados y todo pasará a su lado y se darán cuenta y eso también les preocupará.
 Neal y Jack, en una de las pocas fotos que hay de ellos dos juntos.
 Neal ya en los 60's, cuando era el chofer de los Merry Pranksters.

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