viernes, 15 de abril de 2011

El Que Apuesta Al Dólar Pierde

En la década del 80, la inflación era, pongamoslé, de un 20% MENSUAL. A la vez, el dólar subía en la misma proporción. El dólar subía tanto porque la gente lo compraba todo el tiempo, y el estado no tenía recursos para mantenerlo. Yo mismo, para poder irme de vacaciones, tenía que comprarme u$ 30 por mes, para tener un poco de guita y gastármela en cerveza en Mar del Plata en enero. Si hubiese ahorrado en pesos, no me hubiese podido tomar ni una.

En aquella época, hubo decenas de planes para parar el alza del dólar. Todos fracasaban a los pocos días. Recuerdo que en un momento un ministro de economía, luego de poner un marcha el plan, dijo "El que apuesta al dólar, pierde". A los pocos días el plan se había ido a la mierda y el dólar había subido al doble. Quedó en el inconsciente colectivo argentino que la única forma de ahorrar era en dólares.

En los 90s, Menem hizo lo siguiente para lograr su famoso 1-1: LLevó el dólar de 600 australes a 10.000 (entre Julio de 1990 y abril de 1991) (es como si hoy el dólar se fuese de 4 a 67), y luego le sacó 4 ceros. Vendiendo (casi regalándolas) todas las empresas argentinas y endeudándose como un boludo, se logró mantener el 1-1 durante casi 10 años. Luego todo se vino a la mierda por el endeudamiento boludo.

Ahora, durante la década que pasó, realmente se transformó en una realidad que "el que apuesta al dólar pierde". Voy a dar un ejemplo concreto. Supongamos que tenías u$ 1000 dólares en el 2007. Perdiste (salvo que te los quieras gastar en otro país). Entre febrero del 2007 y febrero del 2011, los sueldos aumentaron un 110%, y la mayoría de las cosas alrededor de un 100% (por lo menos en una de las empresas donde trabajo.) Los servicios públicos casi ni aumentaron, y los bienes de capital (por ejemplo camiones) aumentaron un 20%. El dolar aumentó un 15% aproximadamente. En conclusión, si tenías u$ 1000 en 2007 ahora te podés comprar la mitad de las cosas que te podías comprar en el 2011. Perdiste.

¿Qué es lo que te conviene hacer, entonces, si tenés la suerte de poder ahorrar? Gastártela o buscar alternativas de inversión. Lo más seguro, lo más fácil, y lo que requiere menor esfuerzo es comprar bonos. Si ahorrás en pesos también perdés, obvio.

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