Casi todos los días corro cuatro kilómetros, excepto que llueva o tenga resaca. Siempre voy con alguno de mis discos favoritos (de lo contrario no podría correr ni medio metro.) Ahí, mientras mi cerebro se oxigena por el aire puro respirado, y mi cuerpo transpira exageradamente, observo los árboles, el sol, el cielo y las nubes (a esa hora suele suceder que un rayo solar atraviesa alguna nube logrando el efecto de una batiseñal) y suele invadirme una especie de felicidad absoluta. Sospecho que tiene que ver con la liberación de endorfinas (es algo muy similar a drogarse) (la liberación de endorfinas también se obtiene cogiendo.)
En esos momentos, me acuerdo de esa parte de la película Forrest Gump, donde Forrest, corriendo, se deslumbra con un crepúsculo, a la vez que recuerda a Jenny, quien en esos momentos estaba viviendo la vida nocturna y falopera de la norteamérica de los 70’s. Entonces me pregunto: ¿Qué será mejor, ser Forrest o ser Jenny? Y siempre llego a conclusión de que lo mejor es ser equilibrado, o sea, ser un poco Jenny y un poco Forrest. Casi todos los días soy bastante débil mental, y algunas noches soy un Rolling Stone. Así logro el equilibrio.
Dedico este post a todos los que hoy, domingo, tienen resaca, pero en realidad no la pasaron tan bien anoche. Pufff… si habré estado en ese lugar.
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