domingo, 6 de noviembre de 2011

Cristina Le Da Cátedra A Sarkozy



Cristina Fernandez de Kirchner, nuestra Presi, tiene gente que la ama y gente que la odia. Los que la aman se dividen en dos grupos:

a) Los que la aman porque reciben subsidios (considérese en este grupo a los que reciben cash, ya que TODOS recibimos subsidios ya sea en descuentos extraordinariamente grandes en servicios públicos, transporte, y muchas otras cosas.)

b) Los que la aman porque está construyendo el país que soñamos (a mí cuentenmé en este grupo.)

Entre los que la odian, encontramos estos grupos:

a) Los que consideran que es ladrona porque aumentó el patrimonio que declara ante la oficina anticorrupción.
b) Los que son menemistas (a veces no se dan cuenta que lo son) y les gusta que las empresas estatales sean privatizadas y que el país se endeude sin ton ni son (patear la pelota y que se arreglen los que vienen.) (Estos son los que apoyarían al Tea Party si fueran yanquis.)
c) Los que consideran que Cristina se la da de zurda pero nada que ver, que los cambios que hizo son muy tibios (los que pertenecen a los partidos de izquierda.)
d) Los que la odian por su política de derechos humanos.
e) Muchas categorías más que seguro que se descubren con facilidad googleando “Cristina yegua”. (410.000 resultados en 0,12 s)

Sin embargo, a esta altura nadie duda de su capacidad de gestión. Podés desear el país totalmente contrario al que está haciendo el kirchnerismo, pero ya nadie la acusa de no trabajar, no tener idea de lo que está pasando, o no estar a la altura del cargo. La odiás porque no hace lo que te gustaría a vos, pero sabés que está capacitada para ser presidente. La odiás porque te parece que Argentina tiene que endeudarse a tasas usurarias, pero sabés que Cristina es una militante política que se preparó toda la vida para este momento. Si la odiás porque se compra zapatos y carteras... bueno... tenés serios problemas.

En Francia, el Presidente Nicolas Sarkozy, no goza de tan buena reputación, a pesar de que Francia es uno de los países europeos menos afectados por la crisis. Es un político conservador, hijo de millonarios, que si bien tuvo una buena educación, no se esforzó tanto para llegar a ser presidente, no tiene la fuerza para interiorizarse en todos los temas. Estudió abogacía pero después quiso estudiar ciencias políticas y no llegó a conseguir el título. Es un poco acomplejado porque es petiso (1.65 m) y se separó de la mujer porque era cornudo. Básicamente llegó a la presidencia porque aplicó una política de “mano dura” cuando era ministro de interior y había mucho bardo en Francia (turbas enfurecidas salieron en el 2005 a quemar coches y pelear con la policía luchando contra el racismo que hay en Francia.) Ser presidente le permitió casarse con una cantante que está recontrabuena pero hace una música de mierda (está buena para cogerla con los auriculares puestos escuchando un disco de Spinetta.)

En la reunión del G-20 que se desarrolló en el 2010 en Canadá, luego de la disertación de Cristina, Sarkozy la criticó, delante de todos los presidentes, quizás pensando que era sudaca y mujer. Dijo que Cristina no podía hablar porque no sabía nada sobre el hostigamiento al que estaba siendo sometido el euro. “Papita para el loro”, habrá pensado Cristina, quien pidió la palabra y le contestó con muchos argumentos bien justificados (y con altura) como suele hacer. Cristina empezó diciéndole que Argentina “podía dar cátedra sobre hostigamiento financiero”. Casi nadie se enteró de esto porque ocurrió durante el Mundial 2010.

El jueves 03 de noviembre del 2011, durante el G-20 de Francia, tuvieron otro “cruce”. Ante la propuesta de Sarkozy de poner impuesto a las transferencias internacionales, Cristina le dijo que Argentina apoyará esa propuesta siempre y cuando se incluyan en la misma las “guaridas fiscales”. Los restantes 19 presidentes se quedaron pensando “¿Qué querrá decir esta mina con eso de “guardidas fiscales” hasta que se dieron cuenta que se refería a los “paraísos fiscales”. Lo que pasa es que son “paraísos” para los chorros que tienen que lavar dinero y evadir impuestos, y son “guaridas” para los que luchan contra ellos. Supongo que de acá en más esos 19 presidentes comenzarán a llamarles “guaridas fiscales”, aunque sea para quedar bien.

Imaginenseló a Macri, que le cuesta leer de corrido, leyendo en el G-20 un discurso que alguien le escribió y ni siquiera puede entender bien lo que está leyendo.

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