sábado, 5 de noviembre de 2011

“Hey, You Think Aerosmith Will Be In Tonight?”



Entre el jueves de la semana pasada y ayer (nueve noches), fui a seis recitales (uno en La Plata y cinco en el Gran Rex.) Y todavía me quedan cinco más hasta el primero de diciembre. La vida está tan agitada que uno no tiene tiempo ni para deprimirse. Aunque sigo yendo a trabajar, siento que estoy de
vacaciones, en el mejor lugar del mundo, allí donde Charly toca seguido y uno conoce a mucha gente que va a todas las funciones. Entre levantarme cada día y pensar qué recital tengo esa noche, acordarme de cargar nafta, pensar donde dejo el auto, encontrarme con mis amigos para tomar algo antes de los recitales, malalimentarme, no tener tiempo para correr mis 4.5 km diarios, saltar, cantar, emocionarme, reventar las tarjetas de crédito buscando las primeras filas, escuchar los comentarios, saber que el martes voy a ver a un Beatle (saldar deudas conmigo mismo), volver escuchando a Dolina, y todo lo relacionado, siento que es un momento importante de la vida y me da la hermosa sensación de saber que estoy disfrutando todo a full, porque un día me voy a morir como todos. Dudé un poco en sacar entradas para las funciones 7, 8 y 9 de Charly, y después me recriminé: “¿Por qué dudé? ¿Estoy loco? ¿Qué sentido tiene para alguien como yo quedarme en mi casa el día que toca Charly?”

No es la primera vez que me pasa algo parecido, que tengo días así de agitados. Y conozco bien la sensación de vacío que ocurre cuando todo eso termina. Después, uno se acostumbra, pero los primeros días se siente algo similar a cuando volvés de vacaciones, que no podés creer que tenés que ir a trabajar después de haberla pasado tan bien.

Todo esto me hace acordar al final del episodio de los Simpsons S03E10, emitido por primera vez el 21/11/91: el bar de Moe se había hecho exitoso gracias a un trago llamado “Flaming Moe”, que en realidad se llamaba “Flaming Homer”. El bar era tan exitoso que hasta Aerosmith iba a escabiar ahí. Cuando al final Homero arruina todo, el bar vuelve a ser el bar inmundo de siempre, y se ve a Homero sentado en la barra, como único asistente del bar, ambos con caras de aburridos. Moe le sirve un “Flaming Homer”, cortesía de la casa, y Homero, después de disculparse por haberle hecho perder u$ 1.000.000 y agradecerle por el trago, pregunta, con un leve tono esperanzado: “Ey, ¿pensás que Aerosmith va a venir esta noche?” “Lo dudo Homero”, respondió Moe.

El mundo es una mierda llena de injusticias, pero por lo menos tenemos a Charly y a Aerosmith para divertirnos.

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