sábado, 10 de marzo de 2012

El Feinmann Bueno Explica La Diferencia Entre El Origen De Estados Unidos Y Argentina


En el libro Siempre Nos Quedará París - El Cine Y La Condición Humana, editado en el año 2011, el filósofo Jose Pablo Feinmann, explica el surgimiento de Estados Unidos, comparándolo con el de Argentina, así:


"En 1860 comienza en Estados Unidos un conflicto interno que se extenderá por cinco años y que se conoce como la Guerra de Secesión. ¿Qué estaba en juego en esa contienda entre el Norte y el Sur? En verdad, la guerra no se hizo para liberar a los
esclavos del Sur, como habitualmente se quiere hacer creer. Lo que estaba en juego era el modelo de país. No fue el viento, quien se llevó el Sur de Estados Unidos y con él a sus cosmovisiones y su estilo de vida. Fue su economía la que, aferrada al monocultivo, perdió contra el Norte industrialista.
A diferencia de los Estados Unidos, en la Argentina ganó “el Sur”. Las oligarquías criollas lograron imponer una economía basada en el monocultivo, los grandes latifundios y la abundancia fácil. Su modelo consistió en producir materias primas para exportarlas y comprar las manufacturas en el exterior. De ahí que no haya necesitado mercado interno, “un país”, un modelo integrador. Les bastaron la propiedad de sus campos y la venta de sus productos en mercados externos. Y, claro, la libertad para hacerlo en sus propios términos. Lo demás... lo demás poco les importó.
En este capítulo analizaré dos películas. La primera, Lo que el viento se llevó (Gone with the wind, 1939), basada en la novela de Margaret Mitcehll, (…)
Generalmente, las películas norteamericanas sobre el siglo XIX hablan de la lucha contra el indio y de la de la Guerra de Secesión, que enfrentó a Norte industrialista y al Sur algodonero: el Sur era una región con economía de monocultivo, un territorio precapitalista que vivía de la tierra, que los aristócratas propietarios hacían trabajar a sus esclavos. Esos esclavos cultivaban un solo producto, el algodón, que era vendido más allá de sus fronteras. Al Sur no le interesaba ser un país, sino enviar sus materias primas hacia el exterior. Al Norte, por el contrario, le importaba todo el país, porque le interesaba el mercado interno: era fabricante de manufacturas y necesitaba un país donde ubicar sus mercancías.
La vida sureña era totalmente estratificada. Por un lado, los grandes amos, los dueños de la tierra, los terratenientes, y, por otro lado, los fieles escalvos que trabajan para ellos.(...)
En su libro Filo, contrafilo y punta, Arturo Jauretche, en un momento inspirado, dijo que la Guerra de Secesión era la guerra de los que producían la materia prima de las camisetas y los que fabricaban las camisetas. Los del Sur producían el algodón, vivían del fruto de la tierra, vivían en el aire, vivían de nada. (…) En cambio, el Norte era el que fabricaba camisetas.
Lo curioso es que el Sur mandaba algodón a Inglaterra y comproba camisetas. Y el Norte fabricaba camisetas, con lo cual iba armando un país industrial con peso propio, un país capitalista, trabajador, y el Sur, es decir, los dueños del campo, vivían de la abundancia fácil de la tierra. Esa tierra, como sabemos, Dios no se las destinó. Es una tierra que, en algún momento de la Historia, fue apropiada. (…) En la Argentina, el general Julio A. Roca -hay quien lo llama “el conquistador del desierto”- derrotó a los indios y repartió sus tierras entre sus familiares y amigos. Eso no fue lo que hizo Estados Unidos (…)
(…)
Clark Gable interpreta a Rhett Butler, representante del espíritu del Norte. Lo que les dice a los caballeros sureños, que andan en sueños algodonales, es muy simple: el Norte va a ganar la guerra porque tiene algo más que orgullo, altanería, algodón y esclavos. Tiene cañones, tiene astilleros. Puede fabricar cañones y el Sur no tiene ni un solo cañón ni sabe cómo fabricarlo. ¿Qué es lo que está diciendo con esto? En el Norte hay industria, señores. En el Norte está el progreso del siglo XIX, está el espíritu del capitalismo industrial. Lo que hay en el Sur es aristocracia de campo, es el atraso de atarse al monocultivo y a una economía que vive hacia afuera y que no construye. ¿Cómo construyeron el Norte? Ahora vamos a entender las películas de cowboys. ¿Han visto que siempre hay caravanas que marchan y que se ponen en círculo cuando los indios las atacan? Esos son los colonos. Los colonos conquistan el Oeste porque el ejército norteamericano, contrariamente al de Roca, puso colonos. Liquidaba 100 indios y ponía 2.000 colonos. Roca liquidaba 2.000 indios y regalaba la tierra a su gente. Así no se hace un gran país.
Otro de los motivos de la Guerra de Secesión fue el tendido del ferrocarril. El Norte tenía una gran necesidad de hacer ferrocarriles hacia el Oeste y el Sur. Pero el Sur se preguntaba: “¿Por qué vamos a pagar impuestos por ferrocarriles que vayan al Oeste, si a nosotros el Oeste no nos importa, no nos compra algodón?”. El Norte industrialista quería hacer un país, colonizó el Oeste porque necesitaba llevar sus manufacturas y fue con el ferrocarril. El Sur se negaba a pagar impuestos para el ferrocarril, por eso estalló la guerra.
Hay que aclarar algo importante: el general George Armstrong Custer, conocido porque fue derrotado en la batalla de Little Big Horn por el cacique Crazy Horse, era un matador de indios. Es decir, el progreso en el Oeste norteamericano era liquidar a los indios para poner a los colonos blancos. Esta mal matar a los indios, pero, como dice Marx, en el primer tomo de El Capital, el capitalismo viene al mundo chorreando lodo y sangre. El capitalismo es así. Y el capitalismo estaunidense necesitaba mercados para las manufacturas del Norte: emprendió una matanza atroz para construir un país capitalista. En la Argentina, en cambio, solo se construyó una ciudad, Buenos Aires, que ejercitó un colonialismo interno constante sobre las provincias. La llamada “conquista del desierto” del general Roca fue un genocidio, pero la tierra no fue repartida entre miles de colonos para generar un mercado interno, sino que fue entregada a los hermanos y amigos de Roca. El nombre de uno de sus hermanos, Ataliva, dio origen al verbo atalivar, que hoy no se usa mucho pero significa “coimear”.
(…)"

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