Si no ocurrieran los
fracasos, si todas las chicas nos dijesen siempre que sí, si siempre
sacáramos Black Jack, si no existiera la resaca, nada tendría mucha
gracia. Así que gracias a los se interponen contra nuestros sueños,
a las histéricas, a la negra con un cuatro y al dolor de hígado por
permitirnos seguir disfrutando de la vida.
Si las malas palabras fueran totalmente aceptadas, no tendría gracia putear, la reconcha de tu hermana.
Si las malas palabras fueran totalmente aceptadas, no tendría gracia putear, la reconcha de tu hermana.
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