jueves, 27 de enero de 2011

Cómo Vivimos En Argentina El Gol A Los Ingleses Del 86, Los Afortunados Contemporáneos A Diego Armando Maradona


Yo vi el gol de Maradona a los ingleses, el domingo 22 de Junio de 1986, sentado en los sillones naranjas de mi abuela María, en un ambiente con desnivel, un sábado a la tarde, con el volumen del televisor bajo pero oyendo por una radio roja a Victor Hugo Morales y su famoso relato del “Barrilete Cósmico, ¿de qué planeta viniste?” Mi mamá le estaba dando la mamadera a mi hermana Magui, que se sobresaltó con mis gritos. Después, como todos, vi la repetición miles de veces en los 24 años que siguieron. Me asombré en cada una de esas veces.

Ese partido, que ganamos 2-1, y correspondía a los cuartos de final, fue de una importancia superlativa. Al miércoles siguiente le ganaríamos la semifinal
a Bélgica, y al domingo siguiente la final a Alemania. Sin embargo, el partido contra Inglaterra fue la alegría mayor porque, más allá de la tensión por la reciente guerra perdida, después de ese partido todos los argentinos supimos que íbamos a ganar el Mundial, supimos que éramos invencibles, supimos que el ancho de espada estaba afiladísimo y ganaríamos igual aunque nos descubriesen levantando las cejas.

Contextualizando, la Argentina había ido a México como último orejón del tarro. Habíamos clasificado cagando, y una encuesta reciente decía que la gente estaba en desacuerdo con 21 de los 22 jugadores que Bilardo había seleccionado. Los diarios masacraban a la Selección (no tanto como ahora al gobierno nac&pop), el gobierno había pedido sutilmente la renuncia de Bilardo, y hasta un grupo de hinchas había puesto una bomba en la casa de ese Director Técnico. Así fuimos al Mundial, pero luego del partido contra Inglaterra, el quinto partido, de repente supimos que íbamos a ser Campeones.

Cautelosamente, los partidos anteriores no se habían festejado pero, esa tarde de domingo nublado, la alegría se apoderó de la gente y nadie se pudo quedar en su casa, las calles de todas las ciudades y pueblos de Argentina se llenaron de gente en la fiesta más grande que se recuerde. Ni con la vuelta de la democracia se había vivido una alegría popular tan grande. En Luján, en la esquina de San Martín y Colón, se amontonaron miles de personas. No hay videos de la época pero es como si pudiera verlo. Estoy con unos amigos, mirando un camión lleno de gente, algunos desdentados y de curioso aspecto, pero todos hermanados ante una alegría irresistible. Todos los autos tocan bocinazos, la gente está sonriente, miles tienen sombreritos de Argentina. De repente, quedo afónico por cantar estas dos canciones más de cien veces (principalmente la primera):

LA THATCHER, LA THATCHER, LA THATCHER ¿DÓNDE ESTÁ? LA ESTÁ BUSCANDO DIEGO PARA COGÉRSELA.

y

VENÍ, VENÍ, CANTÁ CONMIGO QUE UN AMIGO VAS A ENCONTRAR, QUE DE LA MANO DE MARADONA TODOS LA VUELTA VAMOS A DAR.

Parecía que lo único que se podía hacer era cantar y saltar, como si de alguna forma hubiese que sacarse de encima esa alegría tan grande, porque no estábamos acostumbrados. Además, era hermoso andar por la calle cantando conjugaciones del verbo coger (eso nunca había ocurrido.) Nuestro héroe, el Diego de la gente, nos había metido una especie de chutazo de heroína. Sospecho que en los 24 años que siguieron solo quisimos recuperar esa sensación. Sin embargo, los momentos vividos fueron tan buenos, que fue extremadamente fácil (y justo) acompañar al Diego en las malas.

Desde el día siguiente nos atronarían con una cumbia horrible, que sonaba todo el tiempo en todos lados, que probablemente haya sido grabada esa misma noche, y cuyo estribillo rezaba: “Maradona no perdona / Argentina es el campeón”. En otra parte de la “canción” nombraba toda la formación de la Selección (“Pumpido, Brown y Cucchiuffo…”) Fue lo único que empañó la fiesta.

Este hombre, señores y señores, le dio alegría a la gente. Por eso merece mi respeto eterno.


En cambio este otro, se dedica a desmitificar los mitos argentinos, racionalizando sus errores para decir, con otras palabras: “Los argentinos tienen ídolos boludos”. No se da cuenta que el Rey de los Boludos es él, ya que realiza sus análisis olvidando aspectos claves como el Amor, la pasión, los sentimientos. Su cara hace juego con su mente fachista:


http://www.youtube.com/watch?v=kKvlJjd9yNI&feature=PlayList&p=A63D21EA0E9ED757&playnext=1&playnext_from=PL&index=39



Bonus Track – El Relato De Victor Hugo

El relato de Victor Hugo Morales de aquel 22 de Junio de 1986 había quedado medio en el olvido, hasta que Internet lo revivió. De hecho, fue una de las primeras cosas que busqué en Internet cuando tuve acceso. Pero, para ser justos, hay que darle mérito a Juan Pablo Varsky. Él fue el primero que contó, en un reportaje que le hicieron en los 90’, que había convertido ese relato en un piropo, que en los boliches les decía a las minas “Barrilete Cósmico, ¿de qué planeta viniste?” cómo método de levante.

Creo que levantarse a una mina diciéndole eso vale doble. Yo lo intenté muchas veces pero nunca lo logré.

http://www.youtube.com/watch?v=RiYYSradplU

1 comentario:

Ale R dijo...

Ah, y aguante el Negro Enrique que le dio el pase.