sábado, 17 de diciembre de 2011

Cuando El Carro Anda Los Melones Se Acomodan



Hoy escuché a un tipo decirle a otro: “¿Y? ¿Qué me contás que Moyano se peleó con el gobierno? Espero que se arme mucho kilombo así se van a la mierda estos hijos de puta”. Su deseo no me sorprendió. Hace años que vengo escuchando cosas similares, deseos nacidos del odio hacia el kirchnerismo. Creo que una parte del 54% se las debemos a ese tipo de gente, esa gente con capacidad de análisis similar a Susana Gímenez, que expresa su odio sin fundamento. Esa gente que escribe cartas de lectores en La Nación. (Hablando de Susana, el lunes fui a su programa, después lo cuento en otro post.)


En los primeros cinco días hábiles del nuevo gobierno (el que tiene mayoría en ambas cámaras), ya se aprobó media sanción de la nueva ley de peón rural, la penal-tributaria, la que asegura que todos los diarios puedan acceder al papel (la que Clarín se empecina en llamar “ley de control de la prensa”), y otras. Todavía quedan 1 año 11 meses y 3 semanas con mayoría en el Congreso. Creo que el país va a cambiar bastante. Recuerdo que, muchos años atrás, el poder legislativo se reunía en las últimas semanas y aprobaban decenas de leyes, después de no trabajar en todo el año. Lo recuerdo porque en esa época tenía que leer el Boletín Oficial todos los días, y esos días lo veía muy gordo y pensaba: “¡Uy! ¿Qué pasó?” El noventa por ciento de esas leyes eran “declarar de interés nacional la fiesta de algo” de todos los pueblos del interior. Yo pensaba: “¡Qué país de mierda!” y no creía en ningún político, porque además ni siquiera me imaginaba cómo se podía hacer un país mejor (yo me quejaba de Menem por la corrupción, no tanto por las políticas de mierda (las que continuó De La Rúa) que nos destruyeron.) Hasta que...

Llegó Nestor Kirchner. Lo odié los primeros años por inercia, porque yo odiaba a todos. Estaba de acuerdo con casi todas las cosas que hacía, pero lo seguía odiando. Hasta que...

Estalló el conflicto con los exportadores de soja. A las dos semanas salió una resolución que compensaba a los pequeños productores (el único error de la 125 original) (o sea que las retenciones móviles solo eran aplicables a los grandes), y sin embargo el conflicto siguió por meses. Cuando vi el tipo de gente que se puso contra el gobierno en ese momento (y sus argumentos en contra del país), me di cuenta que me tenía que hacer kirchnerista. A la gente como yo nos llaman “los hijos de la 125” (otros nos llaman “los hijos de puta”). El otro día leí un artículo que me emocionó sobre eso, acá.

Es muy probable que Kirchner haya robado, pero lo que no se puede negar es que cambió al país, sin nunca dejar de hacer fuerza para empujar el carro para el mismo lado. Sus detractores se dividen en dos: los que quieren que el carro vaya más rápido (o piensan que en realidad el carro no se movió) y los que quieren que el carro vaya para el otro lado. Con los primeros me gusta discutir (y tienen razón en muchas cosas). Con los segundos ni me gasto. Los segundos, se terminarán alineando con Macri para las elecciones del 2015, a no ser que surja un nuevo lider en la oposición que pueda aglutinarlos (quizás alguien del peronismo diábolico.)

Cristina Kirchner fue la que escribió, para el discurso de asunción de Néstor, la frase “no vinimos a dejar nuestras convicciones en la puerta de la Casa Rosada”. En estos últimos días lo repitió varias veces. Dicen que, cada vez que Néstor tenía que tranzar con algo, Cristina le recordaba esa frase.

En estos cuatro años, Cristina tiene todo preparado para quedar en la historia. No tiene posibilidad de ser re-electa, así que lo único que queda es seguir empujando el carro para el mismo lado, para cambiar este país de manera definitiva. Ya tuvo un mandato tan bueno que fue ratificada por el 54% (y el segundo fue un socialista)... ¿se imaginan un segundo mandato todavía mejor? Me parece que es probable porque es una mujer muy trabajadora y que se ocupa de todos los temas, y que además ya no tiene nada que perder, salvo su prestigio. ¿Qué otra cosa puede hacer sino seguir empujando para el mismo lado? (para el lado que los fachos odian.)

Los próximos meses serán tranquilos, porque con el 54% hasta los más intolerantes se están quejando bajito. En marzo-abril, empezarán las grandes críticas y los intentos de desestabilización. Pero ya estamos acostumbrados, y confío que el gobierno no se amedrentará y seguirá ratificando el rumbo.

(En realidad no pienso esto, sino que Juan Manuel Abal Medina, nuestro futuro presidente en el 2015, me prometió $ 2000 si escribía un artículo de esta calaña. Juan Manuel: cumplí. Depositá rápido que me quiero gastar las dos lucas en putas culonas y drogas baratas.)

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