viernes, 6 de enero de 2012

El Ambiente Adecuado


A la vuelta de mi casa hay un club que tiene un bar inmenso con cero onda. Debe medir 30 x 30, las mesas están separadas, hay algunos pools y hasta un sapo, y cartelitos que dicen “exclusivo para socios”. Tiene grandes ventanales que, en las tardecitas de verano, aseguran una refrescante brisa, ya que de más está aclarar que no existe aire acondicionado. Paso todos los días por ahí (cuando voy a correr) y observo que nunca hay mujeres, solo hombres tomando vino barato mezclado con soda. A veces algunos toman cerveza. Los hombres tienen camisas de marcas desconocidas, y dan la impresión de haber ido a tomar un vino ahí para zafar un rato de sus mujeres. Sospecho que se habla mucho de fútbol.


Pensé que ese lugar sería el ambiente ideal para escribir mi cuarta novela. Podría ir todas las tardes, recién bañadito después de correr 5 kms contra el colesterol, llevar mi laptop, pedir una birra, sentarme en una mesa contra la ventana, y desarrollar una historia. Pensé que ese ambiente looser, una birra bien fresca, y la falta del distractivo WI-FI, fomentarían el proceso creativo. Pero enseguida deseché la idea. Todo eso de la necesidad de un ambiente es una de las excusas que los haraganes nos inventamos para no escribir. Cuando uno quiere escribir, cuando uno tiene algo que decir, puede hacerlo en el medio de cualquier kilombo, desde el trabajo (como yo en este momento), con frío, con hambre, desnudo o incluso medio ahorcado mientras se practica un extraño método masturbatorio. Cuando uno tiene ganas de escribir, cuando uno tiene algo que decir, los dedos se disparan solos y es imposible contenerlos, y si no hay una computadora cerca se escribe a mano con un lápiz y una servilleta. Cuando uno tiene una buena idea no puede dejarla que se pierda entre los miles de recuerdos intrascendentes que también habitan en la memoria, uno tiene que escribirla, y no importa el ambiente. Cuando uno tiene algo que escribir, puede hacerlo mientras sus hijos saltan a su alrededor, se cagan encima y te piden que les ayudes con sus tareas escolares.

Así que si no escribí una cuarta novela todavía, será porque no tuve ganas, y no por la falta de ambiente adecuado.

“There's nowhere you can be that isn't where you're meant to be, It's easy” (John Lennon, 1967)

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